23 dic 2011

El huevo de la serpiente


Frei Betto (Adital)

No es necesario ser economista para advertir la grave turbulencia que afecta a la economía globalizada. Si frena la locomotora chocan los vagones, impedidos en su avance. Y el Brasil, a pesar de su PIB  de US$ 250 mil millones, todavía es vagón…

Cada año, desde 1980, mantengo el maratón de una semana de charlas en Italia. Desde comienzos de este nuevo milenio eran evidentes los síntomas de que la próxima generación no disfrutaría del mismo nivel de bienestar  de los últimos veinte años. Ninguna economía podía soportar semejante consumismo y la creciente monopolización de la riqueza. Ahora la realidad lo comprueba. La carroza de la Cenicienta se convirtió en una calabaza. La Unión Europea se traba en el pantano…

Son muchas las causas de la actual crisis económica. Señalarlas con precisión es tarea de los economistas que no cultivan la religión de la idolatría del mercado. Como lego que soy en el asunto, me arriesgo a dar mi opinión. Desde los años 80 la especulación se alejó de la producción.  El mundo se convirtió en un casino global. Sin pasaporte ni visa, millones de dólares andan danzando libremente,  día  y noche, en busca de inversiones rentables. Mientras que el PIB del planeta es de US$ 620 mil millones, el cofre del casino es de US$ 600 billones. La famosa burbuja…  ¡Viva  el papel sin peso!

La lógica del lucro supera a la de la calidad de vida. La estabilidad de los mercados es, para los gobiernos centrales, más importante que la de los pueblos. Salvar monedas, y no vidas humanas.

Todos sabemos cómo se alcanzó  la prosperidad de la Europa occidental. Para evitar el peligro del comunismo se implantó el Estado de bienestar social. Se combinaron el Estado proveedor y los derechos sociales. Se redujo la desigualdad social y las familias de los trabajadores pasaron a tener acceso a la escolaridad, a la asistencia sanitaria, a carro y casa propia. En contrapartida, para no afectar la robustez del capital, se aplazaron las relaciones laborales, se desactivó la lucha sindical, se hundió la izquierda. Todo indicaba que la prosperidad, que llamaba a la puerta, llegaba para quedarse.

No se le dio la debida importancia a un pequeño detalle aritmético: si hay dos gallinas para dos personas, y una de ellas se apropia de ambas gallinas, la otra se queda sin nada… Y cuando golpea el hambre, quien no tiene nada invade el espacio del que acumuló mucho.
De ese modo los pobres del mundo, atraídos por el nuevo Eldorado europeo, se fueron en busca de un lugar bajo el sol. Perfecto: Europa, como los EE.UU., necesitaba de quien, a bajo costo, limpiase oficinas, cuidase el jardín, lavase los automóviles… La onda migratoria se vio reforzada con la caída del muro de Berlín. La democracia política llegó al Este europeo sin la democracia económica. Mientras miles de gentes tomaban el rumbo hacia una vida mejor en Occidente, sus gobiernos creían que para llegar al paraíso era necesario ingresar en la zona del euro.

Europa colapsó. ¿De quién es la culpa?  Ahora resulta que el crimen de cuello blanco no ha sido inculpado. ¿Quién fue castigado por la crisis usamericana en el 2008? ¿Los deforestadores del  Brasil no están siendo amnistiados por el nuevo Código Forestal?

Existen culpables. Pero ahora todos se esconden bajo el  escudo del FMI. Y nosotros, los brasileños, sabemos bien cómo este gran inquisidor de la economía castiga a quien comete herejías financieras: reducción de la inversión pública, garrote fiscal, desempleo, aumento de impuestos, restricción de derechos sociales, castigo a países con déficit público, etc.
Es tanto el descaro, que el paquete del FMI incluye menos democracia y más intervencionismo. Cuando Papandreu, primer ministro de Grecia, propuso realizar un plebiscito para oír la voz del pueblo,  el FMI vetó la propuesta, depuso a dicho gobernante y nombró a Papademos, un tecnócrata, en su lugar. También el gobierno de Italia fue ocupado por otro tecnócrata. Como si el fin de la crisis dependiera de una solución contable.

La historia reciente de Europa enseña que la crisis social es el huevo de la serpiente, golpeado por el fascismo. Sobre todo cuando la crisis no es de un país sino de un continente.  Poco se gana con que haya movilizaciones en un país; es necesario que se expandan por toda Europa. ¿Pero cómo será posible, si ya no existe un sindicalismo combativo ni partidos progresistas?

Las movilizaciones del tipo ‘Ocupen Wall Street’ sirven para denunciar, no para proponer, si no hubiera un proyecto político. Quien se queja del presente y teme al futuro corre el riesgo de refugiarse en el pasado, en el que habitan los fantasmas de Hitler y de Mussolini.

Frei Betto es escritor, autor de “Conversación sobre fe y ciencia”, junto con Marcelo Gleiser y Waldemar Falcao, entre otros libros. http://www.freibetto.org/>    twitter:@freibetto.

10 dic 2011

¿Es posible alimentar a siete mil millones de personas?


Leonardo Boff / (koinonia)



Ya somos 7 mil millones de personas. ¿Habrá alimentos suficientes para todos? Hay varias respuestas. Escogemos una del grupo Agrimonde (véase Développement et civilisations, septiembre 2011) con base en Francia, que estudió la situación alimentaria de seis regiones críticas del planeta. El grupo de científicos es optimista, incluso para cuando seamos

9 mil millones de habitantes. Propone dos caminos: profundizar la conocida revolución verde de los años 60 del siglo pasado y la llamada doble revolución verde.

La revolución verde tuvo el mérito de refutar la tesis de Malthus, según la cual ocurriría un desequilibrio entre el crecimiento poblacional de proporciones geométricas y el crecimiento de alimenos en proporciones aritméticas, produciendo un colapso de la humanidad. Comprobó que con las nuevas tecnologías, una mayor utilización de las áreas agrícolas cultivables y una masiva aplicación de tóxicos, antes destinados a la guerra y ahora a la agricultura, se podía producir mucho más de lo que la población demandaba.

Tal previsión demostró ser acertada, pues hubo un salto significativo en la oferta de alimentos, aunque por causa de la falta de equidad del sistema neoliberal y capitalista, millones y millones de personas siguen teniendo una situación de hambre crónica y de miseria. Bien es verdad que ese crecimiento alimentario ha tenido un costo ecológico extremadamente alto: se envenenaron los suelos, se contaminaron las aguas, se empobreció la biodiversidad además de provocar erosión y desertificación en muchas regiones del mundo, especialmente en África.

Todo se agravó cuando los alimentos se volvieron una mercancía como cualquier otra en vez de ser considerados como medios de vida que, por su naturaleza, jamás deberían estar sujetos a la especulación de los mercados. La mesa está puesta con suficiente comida para todos pero los pobres no tienen acceso a ella por falta de recursos monetarios. Continúan hambrientos, y su número crece. El sistema neoliberal imperante apuesta todavía por este modelo, pues no necesita cambiar de lógica, tolerando convivir cínicamente con millones de personas hambrientas, consideradas irrelevantes para la acumulación sin límites.

Esta solución no sólo es miope, sino falsa, además de ser cruel y sin piedad. Los que todavía la defienden no toman en serio que la Tierra está innegablemente a la deriva y que el calentamiento global produce gran erosión de suelos, destrucción de cosechas y millones de emigrados climáticos. Para ellos la Tierra no pasa de ser un mero medio de producción, no la Casa Común, Gaia, que deber ser cuidada.

A decir verdad, quienes entienden de alimentos son los agricultores. Producen el 70% de todo lo que la humanidad consume. Por eso, deben ser oídos e incluidos en cualquier solución que sea tomada por el poder público, por las empresas, y por la sociedad, pues se trata de la supervivencia de todos.

Dada la superpoblación humana, cada pedazo de suelo debe ser aprovechado pero dentro del alcance y de los límites de su ecosistema; se deben utilizar o reciclar lo más posible todos los residuos orgánicos, economizar al máximo la energía, desarrollando las energías alternativas, favorecer la agricultura familiar, las cooperativas medianas y pequeñas. Y finalmente, ir hacia una democracia alimentaria en la cual productores y consumidores tomarán conciencia de las respectivas responsabilidades, con conocimiento e información acerca de la situación real de sostenibilidad del planeta, consumiendo de forma diferente, solidaria, frugal y sin desperdicios.

Tomando en cuenta tales datos, Agrimonde propone una doble revolución verde en el siguiente sentido: acepta prolongar la primera revolución verde con sus contradicciones ecológicas, pero simultáneamente propone una segunda revolución verde. Ésta implica que los consumidores incorporen hábitos cotidianos diferentes de los actuales, más conscientes de los impactos ambientales y abiertos a la solidaridad internacional para que el alimento sea de hecho un derecho accesible a todos.

Siendo optimistas, podemos decir que esta última propuesta es razonablemente sostenible. Se está organizando, de manera embrionaria en todas las partes del mundo, a través de la agricultura orgánica familiar, de pequeñas y medianas empresas, de la agricultura ecológica, de las ecovillas y otras formas más respetuosas con la naturaleza. Es viable y tal vez tenga que ser el camino obligatorio para la humanidad futura.

5 dic 2011

Gabriel Iturra, ex vocero de estudiantes secundarios: “Representamos una alternativa de Izquierda”


POR. RUBEN ANDINO MALDONADO/ PUNTO FINAL

Recién llegado de su gira a Europa con Camila Vallejo (presidenta de la Fech), Giorgio Jackson (presidente de la Feuc) y Francisco Figueroa (vicepresidente de la Fech), Gabriel Iturra Castillo, ex vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), dice que los jóvenes repudian a los partidos tradicionales, pero no a la política. A la vez anuncia el surgimiento de una nueva fuerza de Izquierda, construida sobre la base de las luchas sociales actuales y arraigada en la tradición del gobierno de Allende. Argumenta que el Congreso Nacional, principal bastión de la “clase política” chilena, carece de legitimidad para intervenir en el conflicto de la educación porque no comprende las claves del actual momento histórico y se niega a asumir la profundidad de la crisis de representación que la afecta.

Opina que Chile todavía no es una democracia plena, que existe miedo inconsciente a la dictadura -que inmoviliza a las generaciones anteriores a la suya-, y afirma que el movimiento por la educación es sólo una de las expresiones del descontento de la sociedad por la profunda desigualdad que separa a la minoría rica de la inmensa mayoría, que vive en la pobreza o al filo de ésta.

Gabriel Iturra Castillo (19), ex presidente del centro de alumnos del Liceo Miguel Luis Amunátegui de Santiago, es uno de los artífices de la refundación del movimiento estudiantil secundario, después del largo reflujo que lo afectó tras la llamada “revolución de los pingüinos”. “Soy un ex dirigente que participó como luchador social comprometido con el proceso de desarrollo de la ACES. Sigo ayudando al movimiento desde afuera, en actividades como el viaje a Europa, en el que se pudo explicar la situación que enfrentamos hoy. La gira fue exitosa desde el punto de vista de las instituciones que visitamos: Unesco y la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el Parlamento Europeo y diversas instituciones en Francia, Bélgica y Suiza. En Europa se habla de la ‘primavera chilena’ y se cree que es un fenómeno parecido al de los indignados. Les explicamos que nuestro movimiento no es una pataleta y no se debe sólo a indignación: estamos exigiendo el cambio de un modelo”.

La prensa de derecha ha dicho que a ustedes no les fue bien en Europa…
“En la reunión que sostuvimos en Ginebra con el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, expusimos la situación de represión con fotos, videos y otros documentos. Nos dijo que el gobierno chileno debe, desde hace dos años, el informe sobre la situación de derechos humanos en el país. Se comprometió a enviar un relator especial para que elabore un informe en terreno.
También dijimos al Comisionado que el Congreso Nacional no tiene legitimidad suficiente para tomar decisiones y que cualquier legislación que salga de esa instancia parlamentaria no será una decisión que represente a la sociedad chilena. Todavía no vivimos en una democracia plena y se continúan violando los derechos humanos. Ya no se tortura sistemáticamente como en dictadura, pero sigue habiendo torturas, acciones ilícitas y montajes policiales”.

Crisis institucional


¿Hay una crisis institucional?
“Hay una crisis de la clase política, de los partidos tradicionales y de la institucionalidad. Cada vez los jóvenes votan menos en las elecciones, pero la paradoja está en que ahora participan más. Se nos acusó de ‘no estar ni ahí’, pero el movimiento de los estudiantes dejó de manifiesto que los jóvenes sí tenemos mucho que decir.

Me preocupa también la reacción de algunos senadores de la Concertación que piensan como la derecha, tal como quedó de manifiesto en las críticas al senador Guido Girardi por negarse a usar la fuerza pública para desalojar el Senado, ocupado por manifestantes. En la Concertación hay dos tendencias: una proclive al movimiento estudiantil y otra que está más cerca de Piñera”.

El gobierno también parece tener dos caras.
“Todos nos damos cuenta del populismo de Piñera cuando dice que nuestras demandas son justas y sabemos que la verdadera opinión del gobierno aparece cuando sus ministros nos tachan de ultras.
Representamos una nueva alternativa de Izquierda, no añeja ni basada en el modelo de la ex URSS. Se busca generar cambios por la vía del poder popular y la toma de decisiones en asamblea, que marquen otra forma de hacer política. También miramos con buenos ojos el surgimiento de opciones unitarias de la Izquierda, que comiencen a ganar espacio en los municipios, en las alcaldías o el Congreso; pero sabemos que en Chile domina la ultraderecha y seguimos siendo una dependencia del imperio norteamericano.

Nuestra alternativa de construcción política no va por el camino de los partidos tradicionales ni por la vía electoral. Creemos en una democracia que se practique en la base y bajo la forma de un poder popular. En el modelo actual de democracia, votar cada cuatro años es la única forma de participación y los jóvenes no nos sentimos parte de ese sistema. La responsabilidad no es sólo de los partidos, sino también del marco institucional en que se hace la política. Me refiero a la Constitución de Pinochet y a un sistema electoral binominal, en que los grupos políticos más pequeños no alcanzan representación, porque los peces grandes se comen a los chicos.

Nosotros no jugamos en este tongo. En las actuales condiciones, es ridículo ir a elecciones porque no cambiará nada y seguirán en el poder los mismos. Aquel que consiga más plata será presidente, senador, diputado o alcalde.

Toma fuerza entre nosotros la idea de crear una nueva organización, más participativa; que retome distintas matrices históricas de la Izquierda, como son las de Recabarren, Salvador Allende o Miguel Enríquez, por nombrar algunas figuras. Somos una generación con memoria, estrechamente ligada con el proceso de la Unidad Popular y con la lucha que se dio dentro y fuera de Chile durante la dictadura”.

Otra Constitución


¿Es prioritaria una nueva Constitución?
“El plebiscito no es buena solución, porque no es vinculante y deja fuera a los estudiantes secundarios, que son menores de edad. Una nueva Constitución debe ser resultado de un proceso de acumulación de fuerzas y de toma de conciencia colectiva.

Existe un vínculo natural entre el movimiento por la educación y el conjunto de la sociedad chilena, que se expresa en el 80% de apoyo que hay en la ciudadanía. Las movilizaciones partieron en 2011 con demandas medioambientales y después siguieron con la educación; pero se está abriendo paso una fuerza social mucho más amplia, en la que se expresan profesores, sindicatos, ecologistas, trabajadores del cobre, empleados públicos, indígenas, consumidores, pobladores, mujeres o activistas por la diversidad sexual.
Se dice que esta es la rebelión de la clase media pero no creo que lo sea. En Chile solamente hay pobres y ricos. Entre esos pobres hay personas que pudieron acceder a una carrera técnica o universitaria, que les permitió obtener algunos recursos; pero esas personas siguen siendo explotadas, están endeudadas con cuantiosos créditos y pagan dividendos que superan con creces sus ingresos.

Estos diferentes grupos de ‘indignados’ están pasando de la indignación a la organización y después de eso, a la acción. El desafío es lograr que ese 80% que está de acuerdo con las movilizaciones vaya más allá de decir lo que piensa a través de una encuesta telefónica y que marche junto a nosotros. Los estudiantes solos no pueden resolver todos los problemas; necesitamos que los trabajadores, los pobladores, nuestros padres y madres, se movilicen con nosotros; no sólo por la educación, también por vivienda y salud o por un salario digno”.

Propuestas precisas


Se critica que las demandas estudiantiles son ilusorias. ¿Qué responde?
“La ACES ha elaborado con especialistas una propuesta que entrega con precisión y claridad el detalle de las soluciones a los problemas planteados. En cincuenta páginas explicamos de dónde saldrá la plata para financiar la reforma y también cómo gastaremos esa plata para dar vida a un sistema nacional de educación estatal articulado, desde la educación de párvulos hasta la universitaria”.

¿Qué opina de la educación subvencionada?
“En una primera fase proponemos reemplazar la educación municipal por un Sistema Nacional de Educación Estatal, al que el Ministerio de Educación entregue, mediante aportes basales, el doble o triple de los recursos que ahora destina a cada alumno. En la siguiente etapa planteamos que los cinco mil colegios particulares subvencionados que no cumplan con los estándares mínimos del Mineduc pasen al control del Estado y, en un plazo más largo, aspiramos a homologar los estándares de la educación particular y pública, mediante un mayor aporte de recursos, control comunitario, participación de los profesores y una reforma pedagógica que permita a los colegios estatales ofrecer igual o mejor educación que los particulares. Queremos cinco mil liceos de excelencia, y sabemos que ésta no es una meta alcanzable en un año. Sin embargo, para lograrla tenemos que trabajar desde ahora”.

¿Qué camino le queda al movimiento por la educación?
“Derecha y Concertación no están a la altura de lo que el pueblo quiere. Ya no es posible otro abrazo como el que selló el acuerdo de 2006. Llevamos seis meses de paro y no creo que los políticos profesionales quieran bajar más en las encuestas. Si no acceden ahora, seguirán alimentando un reventón social gigante; porque detrás de los estudiantes están sus familias. Si no hay respuestas, el conflicto se extenderá y será cada vez más radicalizado. ¿Se habrán puesto a pensar qué pasará cuando la actual generación secundaria llegue a la universidad?

A su vez, si quiere responder en parte a los deseos del pueblo, la Concertación tiene que votar en contra la propuesta de presupuesto para educación 2012, y ojalá que los parlamentarios socialistas recuerden qué es ser socialista”.

¿Y qué pasa con los intelectuales?
“Creo que a los intelectuales de todo el mundo les hace falta bajar más a las bases y estar donde las papas queman. No se pueden hacer análisis político sentado en un sillón. Este movimiento es político, social, cultural y hasta religioso.

En América Latina y en Europa existe una reacción ante el fracaso del modelo económico, político y cultural que es el neoliberalismo. Vemos cómo las potencias mundiales están cayendo y los movimientos sociales levantan su voz, de acuerdo a sus particulares realidades. La sociedad actual debe cambiar porque es muy injusta, ya que muchos tienen poco y pocos tienen demasiado. Por ese motivo nos sentimos parte de las experiencias de Bolivia, Cuba o Venezuela. Cada vez se hace más evidente que lo que nos sucede está relacionado con lo que ocurre en Latinoamérica y en el mundo”.

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 746, 11 de noviembre, 2011
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29 nov 2011

Brasil: Ni juicio ni castigo


Por Atilio A. Boron / (OTRAMÉRICA)

Hace pocas semanas la prensa internacional informó que la presidenta Dilma Rousseff había finalmente dado vía libre a la creación de una Comisión de la Verdad para investigar las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura en la que, como se recordará, ella misma fue capturada como guerrillera, detenida y torturada.

Para sorpresa de muchos la Comisión investigará las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas el período 1946-1985 en lugar de concentrarse en los años 1964-1979, que fueron aquellos en los que se perpetraron los crímenes más aberrantes. Además, la Comisión -y esto es lo decisivo- nació privada de la facultad para juzgar y castigar a los responsables de los crímenes.

Como lo señalara en una entrevista concedida al autor de esta columna por la profesora Anita Prestes, hija del legendario dirigente comunista Luiz Carlos Prestes, la Comisión tiene como misión esclarecer pero no podrá juzgar a los muchos torturadores que todavía actúan a la luz pública en Brasil, muchos de ellos inclusive en el ámbito de las instituciones estatales. Un dato revelador de los limitados alcances de la Comisión, que algunos pensaron emularía los avances registrados en la Argentina, surge del incidente ocurrido en ocasión de la ceremonia que sancionaría su creación el día 18 de Noviembre en el Palacio del Planalto, en Brasilia. Para esa ocasión la presidenta Rousseff habría querido -o al menos consentido- que hablara en representación de las víctimas de la represión la profesora Vera Paiva, hija del ex-diputado Rubens Paiva, uno de los primeros desaparecidos por la dictadura militar instalada luego del golpe de estado de Abril de 1964. Conocida la intención de la presidenta los tres ministros militares del gabinete presidencial manifestaron su más enconada oposición: si Paiva hablaba también debería hacer uso de la palabra un militar. Resultado: Paiva no habló y el brillante discurso que tenía preparado no pudo ser leído. Conclusión: la fundamental supremacía civil sobre las fuerzas armadas es todavía una peligrosa asignatura pendiente en la "democracia" brasileña.

La derecha y los militares brasileños argumentaron lo de siempre: "no reabrir heridas ya cicatrizadas" y que el proceso ya había sido cerrado con la sanción de la Ley de Amnistía de Agosto de 1979, que posibilitó el regreso de los exiliados al tiempo que arrojaba un espeso manto de olvido sobre las atrocidades cometidas en los años anteriores. Lo grave del caso fue que no sólo la presión militar hizo que Dilma tuviera que ceder ante las demandas castrenses: el Tribunal Supremo de Brasil se apresuró a ratificar la impunidad declarando que los alcances de la Comisión de la Verdad no podían transgredir los límites establecidos por la Ley de Amnistía. De este modo el "esclarecimiento" al que pueda llegar la Comisión se verá dolorosamente frustrado ante la imposibilidad de apelar a la justicia para castigar a los culpables. Se convierte en un ejercicio lindante con lo masoquista: se examina y comprueba el crimen hasta en sus menores detalles, pero al precio de reprimir el ansia de justicia que tensa el espíritu de los familiares y amigos de las víctimas. Vera Paiva podrá saber como capturaron, torturaron, mataron y desaparecieron a su padre pero al precio de renunciar a su derecho de enjuiciar y castigar a los culpables de su asesinato. Enésima comprobación de que no bastan las iniciativas "desde arriba", desde las alturas del estado: sin la pujanza de los organismos de derechos humanos la impunidad de los represores está garantizada. Así lo demuestra el caso que estamos analizando y, por la inversa, lo que ha venido ocurriendo en la Argentina.

"¿Qué pasará cuando los sacrificios no acaben con la crisis?"


Por Ana Flores/ Público

Entrevista a Ignacio Ramonet

"Director de la edición española de 'Le Monde Diplomatique'. Alerta del "golpe de estado financiero" que vive Europa".

La mundialización financiera ha creado su propio Estado. Un poder sin sociedad. Este rol es ejercido por los mercados (...). Las sociedades realmente existentes son sociedades sin poder. Y todo esto no deja de agravarse". Este texto tiene 14 años. En diciembre de 1997, Le Monde Diplomatique publicaba el editoral del director de su versión en español, Ignacio Ramonet, Desarmad los mercados financieros. Una alerta que sería germen del movimiento Attac, hoy presente en 40 países, que lucha por la creación de una tasa a las transac-ciones financieras mundiales (inspirada en la Tasa Tobin) para ir echando "granos de arena" en el engranaje de la especulación.

14 años después, dos países del Viejo Continente han visto cómo sus gobiernos elegidos en las urnas eran sustituidos por unos gestores de quiebras mientras el resto atribuye al mercado decisiones y recortes. Podría decirse que Ramonet, que participó esta semana en el ForoBurgos organizado por Banca Cívica, acertó.

¿Se cae Europa?


Es un momento extremadamente delicado. Da la sensación de que no hay a la cabeza una generación política a la altura de la crisis apocalíptica que estamos viviendo. Y no nos hemos sorprendido lo suficiente de que, en los últimos meses, Alemania y Francia hayan asumido un poder que nadie les ha dado. Hemos leído: Rajoy habla con Merkel'. ¿Lo primero que hace el vencedor de unas elecciones con un resultado abrumador es llamar al jefe? No estamos en un Estado federal. España no es Dakota ni Berlín, Washington. Pero manda Merkel con Sarkozy de coartada.

Hay quien dice que Merkel asume el liderazgo porque no hay otro poder fuerte.

Si Merkel es quien está pilotando la crisis, el resultado es muy malo. Grecia va cada vez peor. Su PIB es el 3% de la zona del euro. Cuando estalló la crisis, se podía haber solucionado con un pequeño esfuerzo económico. Ahora, la gangrena ha subido. Austria y Francia tienen triple A (máxima calificación en su deuda) y las atacan. No se sabe si el euro será capaz de resistir. A Portugal se le ha impuesto una cura de caballo, se le ha impuesto la recesión y como resultado, le acaban de volver a bajar el rating. Esto no funciona.

¿Tampoco para Alemania?


Los alemanes se van a despertar dentro de poco constatando que la mayoría de los países europeos no compran. Y que ellos no exportan.

¿Por qué no lo ven?


No están a la altura. Están aplicando recortes de manual a situaciones que no se corresponden. Están alentando a los mercados a seguir ejerciendo presión. Los mercados están desbocados porque durante años ha habido una desregulación que les dejó hacer lo que querían. Los políticos prometieron cambiarla en el G-20. Sarkozy prometió la tasa a las transacciones. Pero los mercados no quieren y no se adopta.

¿A qué nos enfrentamos?

Si seguimos así, la primera amenaza es que no estamos seguros de que el euro vaya a resistir. Nadie puede afirmar que seguirá siendo lo que es dentro de tres meses o de un año. Mucha gente apuesta por que desaparecerá o quedará restringido al área de influencia de Alemania.

¿Europa se ha convertido en la primera ficha de un nuevo dominó?

La crisis de la deuda europea puede tener incidencia a escala global. Muchos se han olvidado, entre ellos Alemania, de que la globalización es la articulación de todos los mercados. Si la zona euro entra en congelación por la austeridad, no se potenciará el consumo. Ya hay en Europa 23 millones de desempleados cinco millones en España y 80 millones de pobres, personas que no consumen. El mundo funciona con dos motores, dos grandes centros de consumo: EEUU y la Unión Europea, ambos amenazados por la recesión. Si se paran, China va a fabricar menos. De hecho, el ritmo de crecimiento chino ya ha bajado. Si China deja de importar, dejará de comprar también materias primas, los minerales que compra a Perú y Chile y los productos agrícolas que compra a Brasil y Argentina. Esos países dejarán de crecer. Y en 2013 o 2014 podemos encontrarnos con una recesión internacional.

¿Puede el mundo soportarlo?

La pregunta es, si la recesión se prolonga en Europa, hasta dónde soportarán las sociedades europeas la purga a la que se está sometiendo a la población. Cuánto va a crecer la extrema derecha, cuánto la protesta social. La historia no se detiene y esto es un golpe de Estado financiero. Los mercados han decidido tomar el poder. En Grecia e Italia, la evidencia es total. Se han colocado personas que han trabajado de uno u otro modo con Goldman Sachs, especialista en colocar a su gente en puestos de poder, pero ahora al frente de países.

¿Qué se puede hacer?

La sociedad debe reflexionar para seguir defendiendo que otras soluciones son posibles. Hay que volver a planteamientos keynesianos (estimular el crecimiento económico inyectando dinero público). No lo digo yo. Lo dicen (Paul) Krugman y (Joseph) Stiglitz. Hay que hacer políticas anticíclicas, encontrar soluciones para salir de la situación. Veo difícil que se adopten en el contexto actual pero, si los gobiernos no se deciden, vamos a la catástrofe. Quizás si Francia pierde la triple A, Alemania verá que se hunde la última barrera que los protege. Los eurobonos podrían ser una solución a la crisis de la deuda, pero por otro lado habría que prohibir los hedge funds (fondos de alto riesgo), implantar la tasa a las transacciones, no operar con bancos que utilicen paraísos fiscales. Quién lo va a hacer si no hay autoridad. El euro es la única moneda que no está respaldada por una autoridad política, no tiene Gobierno y los mercados se han dado cuenta, han visto que se podían enriquecer fácilmente.


¿Por qué arrasa la derecha en Europa si trae recortes aún mayores que los que se han visto?

Es posible que una parte de la sociedad, teniendo en cuenta que muchos medios de comunicación dominantes insisten en que la línea de la ortodoxia es la única, acepten la idea de los recortes. El pánico a que el euro desaparezca genera mucha disciplina. Se ha visto en Catalunya en estas elecciones. Una parte del electorado piensa que es o recortes o caos, y votan recortes. El problema es qué pasará cuando no pase nada. Cuando los sacrificios no hayan puesto fin a la situación de crisis. Esa es la preocu-pación.

¿Piden realmente los mercados ajustes y reformas, teniendo en cuenta que no funcionan?

Los mercados no saben lo que quieren. No hay un objetivo concreto. Buscan ganar dinero. Pero es posible que la especulación acabe por destruir el sistema.

26 nov 2011

Los desafíos de la educación popular


Por Frei Betto

En las líneas que siguen, expongo algunas inquietudes acerca de los desafíos que enfrenta la educación popular en la coyuntura en que vivimos. Son reflexiones que compartimos con Paulo Freire en sus últimos años de vida.

La deshistorización del tiempo

En la educación popular debemos aprender a colocar los conceptos en lenguaje plástico. Existe un principio sagrado: no se trata de que el pueblo entienda lo que hago, sino que “vea” lo que yo hago. Si no logramos transformar el concepto en metáfora, en imagen, seguiremos hablando un lenguaje ajeno y corremos el riesgo de llevar al pueblo a usar un lenguaje intelectualista. Un ejemplo de ello es el caso del carcelero que leía nuestras cartas en la prisión para censurarlas. Un día conversaba con nosotros y se quejaba de sus problemas sentimentales con su novia; al poco tiempo le pregunté cómo iban las cosas y me respondió: “Ay, hermano, el asunto está difícil, nos encontramos en un antagonismo”. Él había leído en nuestras cartas la palabra “antagonismo”, la encontró bonita y la incluyó en su lenguaje.

Otro principio de la educación popular es la necesidad de “tener un tendedero donde se puedan colgar los conceptos y analizar la realidad”. El tendedero es la percepción del tiempo como historia. Es un hecho que existen civilizaciones, tribus y grupos que no tienen la idea del tiempo como historia, como los antiguos griegos, para quienes el tiempo era cíclico.

La esencia del neoliberalismo es la “deshistorización del tiempo”. Cuando Fukuyama declaró “el fin de la historia”, no hizo sino expresar lo que el neoliberalismo quiere lograr: “hemos llegado a la plenitud del tiempo: el método neoliberal de producción capitalista, el mercado. Son pocos los escogidos y muchos los excluidos; y ya no tiene caso querer luchar por una sociedad alternativa”. Actualmente es difícil hablar de sociedad alternativa; de socialismo, ni pensarlo. Se ha creado una especie de pudor, un bloqueo emocional alrededor de este asunto.

La idea de que el tiempo es historia proviene de los persas, fue transmitida a los hebreos y acentuada por la tradición judaica. Es curioso que los tres grandes paradigmas de nuestra cultura sean judíos (Jesús, Marx y Freud) y que por lo tanto trabajaran con los conceptos tiempo e historia.

La perspectiva de Jesús es histórica. El Dios de Jesús es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; el concepto principal de la prédica de Jesús, el Reino, es la culminación de un proceso histórico. Otro ejemplo es el relato del Génesis, donde la creación del mundo aparece marcada por la historicidad del tiempo desde antes de la aparición del ser humano. En el caso del marxismo este no se puede entender sin profundizar en los modos de producción anteriores al capitalista y sin comprender cómo sus contradicciones pueden llevar a los modos de producción socialista y comunista. El análisis marxista supone el rescate del tiempo como historia. En el caso de Freud, cuando alguien se somete al psicoanálisis el psicoanalista le pregunta sobre su pasado, su infancia, su niñez. Toda su psicología es un rescate de nuestra temporalidad cono individuos.

El neoliberalismo está destruyendo la perspectiva histórica, por eso corremos el riesgo de hacer educación popular descolgando la ropa sin tener un tendedero. Ese tendedero a nuestra espalda, el tiempo en cuanto historia, es fundamental para que otros puedan visualizar el proceso.

Esto sucede también en la dimensión micro de nuestras vidas. ¿Por qué actualmente las personas tienen dificultad en tener proyectos de vida? ¿Por qué los jóvenes llegan al término de la educación media y no tienen idea del curso superior que desean estudiar, la carrera que quieren seguir, el rumbo que quieren dar a sus vidas? Cada vez abandonan más tarde la casa de los padres porque pierden la dimensión histórica; todo es “aquí y ahora”.

Lo que más favorece la deshistorización es la televisión. Nuestra generación es la última generación literaria, porque la literatura es narrativa y la narrativa tiene un comienzo, un medio y un final. El libro induce a la historicidad mientras que la televisión promueve la circularidad. Acaba con la idea de pasado, presente y futuro; comienzo, medio y final. Pongamos cono ejemplo cuando Ayrton Senna, corredor de autos, murió en un accidente: en una misma toma lo vemos siendo enterrado, recibiendo un premio y dándose un baño de champaña. Esto genera en la mente de las nuevas generaciones la idea de circularidad, nunca la temporalidad, y mucho menos de historicidad. Lo que fue puede ser, lo que puede ser ya fue, lo que sucede ahora no podrá ser después.

La televisión constituye un desafío para la educación popular. Aunque todo el sistema escolar se basa en la lectura de libros en cierto modo resulta anacrónico, porque no es suficiente educar a las personas para leer textos: necesitan ser educados para ver la televisión. En Brasil, por ejemplo, el promedio diario de asistencia a la escuela de un alumno de educación media es de cuatro horas, mientras que frente al televisor es de cuatro horas y media. El promedio europeo es de ocho horas en la escuela y, como máximo, tres horas frente a un televisor. Se requiere educar para ver la televisión, de manera que las personas logren un distanciamiento y, a partir de él, una percepción crítica de los programas que observan.


La concientización

La educación popular, tal como fue desarrollada en la obra de Paulo Freire, se basaba en dos paradigmas: el del personalismo cristiano y el marxista. Los dos paradigmas acuñaron una expresión que actualmente ya no está tan de moda: “concientización”.

El paradigma de la concientización debe discutirse con más profundidad porque las personas, incluyéndonos a todos, no hacemos exactamente lo que consideramos verdadero ni lo que pensamos. Hacemos lo que queremos, y muchas veces queremos lo que no pensamos, o pensamos una cosa y hacemos otra. Esto no significa que corramos el riesgo de nunca acertar. El problema es que con mucha frecuencia formamos líderes “concientizados” que, sin embargo, en las instancias de poder, establecen relaciones opresivas y burguesas. Es muy difícil formar verdaderos líderes.

Paulo Freire enfatizaba las dificultades para “educar permanentemente al educando y al educador”. El educador se educa a partir del educando, pero puede o no dejarse reeducar. En general tendemos a no dejar que nos cuestionen. En la práctica de la educación popular, en nombre de una educación y una metodología liberadoras seguimos con prácticas “bancarias” y colonizadoras. Pensamos que vamos a cambiar la forma de pensar del educando en lugar de partir de él. Partir del educando es la única manera de partir de la experiencia del grupo.

Tenemos el vicio de ser direccionistas en nombre de la educación popular. La educación popular es como la gimnasia: si dejas de practicarla, engordas, te vuelves flojo; es la gimnasia del espíritu pedagógico, no puede detenerse.

Los nuevos paradigmas

La educación popular debe trabajar los nuevos paradigmas: la dimensión holística de la realidad; la dimensión ecológica; las relaciones de género, sexualidad, afectos y subjetividad; la relación de lo micro con lo macro.

“Dimensión holística”. Holos es una palabra griega que significa totalidad. Es necesario tener presente que el educando, así como el educador, es un ser en totalidad, en sus relaciones, en sus contradicciones, dotado de razón y emoción. Es un ser que tiene relaciones que rebasan el análisis político, cartesiano, explícito, conceptualmente correcto y definido. Esa red de relaciones debe ser tomada en cuenta en el proceso educativo. Existe un vínculo indestructible entre los seres humanos y la naturaleza, entre nosotros y el cosmos.

“Dimensión ecológica”. El aspecto ecológico es una navaja de dos filos. Existe la forma burguesa de enfrentarlo y la manera libertadora. El gran legado del líder seringueiro Chico Mendes consiste en entender que todo lo que acontece en la naturaleza influye en la vida humana, así como lo que ocurre en la vida humana influye en la naturaleza.

El reto es estudiar cómo se da la relación con la ecología. No se trata de defender a los delfines del golfo Pérsico o las ballenas de Alaska olvidando los niños del noreste de África. De hecho, el animal más amenazado por la extinción es el ser humano.

La bandera de la ecología es revolucionaria porque la ecología es como un avión: aunque haya primera clase, clase ejecutiva y clase turista, a la hora de caer no hay distinción, todos pueden morir. Comprenderlo así nos permitiría reformular también la idea de aliados políticos. En ocasiones limitamos el abanico de aliados por no sentir que hay demandas que exigen respeto a la vida tanto de las clases dominantes, como a la nuestra, como el medio ambiente, que afecta igualmente a ricos y a pobres. Podríamos movilizar a todo un sector de la sociedad que, por nuestros prejuicios, está siendo movilizado por nuestros enemigos de clase. Por prejuicios paradigmáticos dejamos a ciertos sectores importantes de la sociedad en manos de los que quieren perpetuar el sistema, y no de los que quieren cambiarlo. Esto es así porque no trabajamos la dimensión liberadora de los paradigmas.

“Subjetividad”. Actualmente en los procesos de educación popular ya se discuten aspectos subjetivos y de sexualidad, aunque no tanto como sería deseable. Está demostrado que a medida que se habla menos de determinados temas se cometen más errores. En las escuelas no se hablaba de sexo ni de política y en ellas se hicieron y se hacen muchas tonterías.

La discusión debe enfocarse hacia cuáles son los nuevos paradigmas de la educación popular, o bien, cómo desarrollar una metodología y una teoría de la educación popular incorporando el legado de Paulo Freire y haciéndolo avanzar. Este es un desafío que enfrentamos todos nosotros.

“Lo micro y lo macro”. El aspecto de lo personal y lo social, de lo micro y lo macro, de lo particular y lo general, de lo local y lo global, genera nuevos paradigmas sobre los que debemos pensar en el marco de la educación popular; de lo contrario se corre el riesgo de acertar en lo particular y seguir en otra dirección con respecto a lo general.

La crítica y la autocrítica

Otro de los desafíos de la educación popular es volver la crítica y la autocrítica una práctica fundamental, y esto nos lleva a afirmar que no se puede hablar de educación popular sin que haya transparencia en la actuación de los miembros del equipo. La educación popular exige escuchar a los educandos y al equipo sobre lo que piensan del educador, de su desempeño. Tendemos a pensar que todo está bien y vamos aplazando los problemas. Es ahí cuando las cosas se detienen.

La educación formal

Aunque no es posible adoptar en la escuela formal la metodología de la educación popular, sí es posible incluir en aquella algunas pedagogías de la educación popular, o crear una escuela con la metodología de la educación popular.

Esta imposibilidad es válida para otros espacios de la reproducción del sistema. En general son espacios positivos en sus objetivos inmediatos y, por lo tanto, necesarios, como los consejos tutelares, la atención a los niños, proyectos de salud, etcétera.

Como ya no tenemos una visión apocalíptica de la sociedad, no vamos a dejar de adoptar algunas iniciativas con la justificación de que “eso o aquello solo se podrá lograr en una nueva sociedad”. Hemos descubierto que lo nuevo se hace ahora, y a través de la acumulación de lo nuevo vamos acabando con lo viejo. A través de etapas y de nuevas iniciativas conseguiremos conquistar adhesiones, y así enfatizar las contradicciones y posibilitar, en el futuro, un cambio de la sociedad.

El problema de la escuela es ser esclava de una cronología curricular con la cual la educación popular es incompatible porque esta depende del tiempo de los educandos y no del tiempo del plan de estudios. El desafío está en conseguir inventar una escuela que no esté atada al control de instituciones gubernamentales. Introducir otra dinámica en la escuela formal es posible pero no será fácil. Fernando Cardenal, ministro de Educación en la Nicaragua sandinista, tenía una propuesta de reforma educativa interesante que no se logró debido a la agresión de EE.UU. Su propuesta acababa con el plan de estudios, rompía la coincidencia entre el avance escolar y la cronología anual de manera que un campesino podría cursar el sexto grado en seis meses o en seis años, dependiendo de “su tiempo”. La propuesta rebasaba el criterio de vencedores y de vencidos. Nadie era obligado a realizar exámenes a fin de año para pasar al siguiente nivel.

Existe una serie de innovaciones pedagógicas, pero son solo una gota de agua en el océano de un sistema escolar preso del plan de estudios y de la tradición. En Kenia, África, existe una experiencia educativa que procura adecuar el pensamiento con la acción. Aunque no pretende ser educación popular es un paso con respecto al cual nuestra educación está a muchos años luz. Uno de los requisitos de esta escuela es que cada alumno pase una semana del año conviviendo con trabajadores para permitirles entender cómo se articula la ciudad desde abajo. Algunos salen de madrugada con los barrenderos para recoger la basura, otros permanecen una semana como auxiliares de enfermería en un hospital público, etcétera.

En la escuela brasileña las personas pasan más de 20 años en los escritorios escolares, salen con un certificado, pero no saben cocinar, coser, planchar ropa, cuidar la casa, arreglar un aparato electrodoméstico, no entienden de mecánica, de automóviles o de carpintería. Nunca debaten aspectos como pérdida, ruptura, afectos, sexualidad, muerte, dolor, espiritualidad. Nuestra escuela no trabaja temas fundamentales.

Los excluidos

Cada vez un número mayor de sectores populares se enfrenta a su supervivencia inmediata, y cuando una persona se encuentra en esa situación no tiene tiempo ni condiciones psicológicas para participar en reuniones, entrenamientos o encuentros.

Este es un factor que complica nuestro trabajo. No sirve trabajar con personas que se encuentran en la miseria. Nadie logra movilizar a una persona que está preocupada por la comida de cada día. Es importante buscar sectores en los cuales, estratégicamente, se compensa la inversión de nuestro trabajo. Esto no significa que vayamos a dejar de trabajar con los que viven en las calles, como los que se alojan debajo de un puente o con un niño con SIDA. Sin embargo, debemos tener claridad, dentro de un proceso social más amplio, acerca de dónde invertir en la formación de nuevos líderes populares.

El trabajo de base consiste actualmente en lograr atraer a los sectores excluidos y proporcionarles un mínimo de organización para, a partir de esa organización, posibilitar la movilización. Contar con un trabajo de base debería constituir un criterio para todo educador.

Los afectos

En nuestros días el aspecto de los afectos se está discutiendo más. Los líderes formados mediante la educación popular están mostrando, con su práctica, cómo lo afectivo influye en el desempeño político. Cuando no eran líderes, no tenían responsabilidad pública, podían vivir sus problemas afectivos porque ello afectaba, cuando más, a la familia. Ahora afecta estructuras e instituciones. Discutir el asunto del amor, en su dimensión personal y social, es romper un tabú, significa colocar al amor cono la condición para vivir en una sociedad donde las personas son diferentes sin ser necesariamente contrarias. Queremos crear una sociedad amorosa.

Recomendaciones para la acción

1.Hacer educación popular implica tener siempre como referencia el tiempo como historia. Esto es lo que nos permite analizar los procesos educativos y hacerlos visibles para otros. Siendo la televisión un elemento clave en la destrucción de la perspectiva histórica es necesario promover una educación para ver la televisión, que le permita a las personas el distanciamiento necesario para ser críticos frente a los programas que observan.

2.La educación popular requiere que el educador se cuestione, se eduque permanentemente en el diálogo con los educandos. Partir del educando es la única manera de partir de la experiencia del grupo, de lo contrario tendremos una educación popular conceptualmente liberadora, pero colonizadora en la práctica.

3.Debemos enfocar la discusión acerca de los nuevos paradigmas de la educación popular, rescatando su dimensión libertadora, para desarrollar una metodología que incorpore el legado de Paulo Freire y lo haga avanzar.

4.Aunque no es posible adoptar en la escuela formal la metodología de la educación popular, sí es posible incluir, en aquella, algunas pedagogías de la educación popular o crear una escuela con la metodología de la educación popular. Lo nuevo se hace ahora, y a través de la acumulación de lo nuevo vamos acabando con lo viejo. A través de etapas y de nuevas iniciativas conseguiremos conquistar adhesiones para posibilitar, en el futuro, un cambio de la sociedad.

5.La dinámica de la educación popular busca el cambio social y, por lo tanto, debe saber invertir en los sectores donde haya personas que tengan el potencial de multiplicadores. Ellos, a su vez, ayudarán a la formación de los que trabajan directamente con sectores excluidos.


Traducción: Dora Benveniste Levy

Tomando de:http://codigosur.net/article/1 Fuente original: http://www.lajiribilla.cu/


MÁS FORMACIÓN POLÍTICA, MENOS TELE


Por  Mónica Saiz/ Correo del Orinoco

Dando clases de formación política, siempre buscamos que los participantes comprendan la importancia de contrarrestar la dominación ideológica imperialista sobre la población.

Para comprobar la magnitud de la manipulación de las conciencias en la sociedad actual, preguntamos a los participantes: ¿Ustedes han visto películas de la guerra Vietnam? Sí, contestan todos. ¿Y quién ganó? Estados Unidos, contesta la mayoría.

Reflexionemos. Las películas yanquis sobre Vietnam nunca dicen que Estados Unidos ganó la guerra. Pero tampoco dicen que la perdieron. Por otra parte, jamás hemos visto una película vietnamita sobre la guerra. En las películas yanquis, los vietnamitas aparecen como seres insignificantes y oscuros, los protagonistas y héroes son los soldados norteamericanos. Conclusión: los yanquis ganaron. Sutil y extraordinario método para tergiversar los hechos y manipular las conciencias.

Imaginarán la sensación de asombro de los confundidos, cuando se enteran que ganaron los vietnamitas. Primero, porque no se les había pasado por la cabeza que los vietnamitas hubieran vencido. Segundo, porque se dan cuenta del engaño en el que estaban.

Este es uno de los tantos recursos que utilizamos para explicar por qué todo lo que sabemos merece ser analizado y criticado, demostrando aquello de que las ideas dominantes responden a los intereses de las clases dominantes.


Mediante la formación política podemos destruir los pilares sobre los cuales se ha construido el aparato ideológico de las clases dominantes. La ideología dominante es un gigante con pies de barros, porque está sostenida en la mentira y el ocultamiento.

Sospecho que muchos lectores del Correo del Orinoco que sí sabían la respuesta correcta, estarán doblemente sorprendidos, preguntándose: ¿Cómo puede ser que alguien no sepa que Vietnam ganó la guerra? ¿Quiénes serán los alumnos de estos cursos?
Los invito a que hagan la prueba entre sus allegados, compañeros de trabajo, familia, vecinos, amigos, como una forma de comprobar el nivel de manipulación ideológica que los rodea.

Caracas

24 nov 2011

Participación ciudadana, ¿qué falta?


Escrito por José E. Rivera Santana / Copresidente MINH


Una intensa actividad de reflexión ha ocurrido en Puerto Rico en los pasados 15 años. En muchas de ellas he tenido la oportunidad de participar, en ocasiones como conferenciante o panelista, en otras como uno más de los asistentes.

Fui testigo del esfuerzo exitoso organizado desde el movimiento sindical y que produjo cuatro cumbres sociales de una admirable calidad, tanto por las deliberaciones como por la amplia participación de sectores. Destaco como significativo la inclusión, en un mismo espacio, de sectores con profundas diferencias, como ocurrió en la última Cumbre en la que dialogaron, frente a frente, los portavoces principales de la industria de la construcción y los de los grupos y organizaciones ecologistas. Los resultados fueron altamente valorados por todos los participantes, al igual que las recomendaciones y conclusiones que en general produjeron las deliberaciones. Otras iniciativas, como el Foro Social celebrado en el 2006, han tenido resultados parecidos o de mayor impacto.

Más recientemente, resulta significativo y esperanzador el esfuerzo de los Foros Ciudadanos auspiciados por este periódico. Su organización científica, la amplia participación, la calidad de los análisis y las cientos de propuestas expresadas con confianza y de formas diversas constituyen, a mi juicio, un enorme banco de ideas y de respuestas de las cuales no escapa tema o problema de nuestra realidad que no haya sido considerado, como la educación, la salud, la seguridad, la economía, la ecología, entre tantos otros.

Podríamos afirmar que, gracias a estos espacios de diálogo, nuestro País tiene en su gente, sus pensamientos y sabiduría un diagnóstico que en algunos asuntos es consenso con una incuestionable claridad. Esto resulta alentador, pues es un mentís a la supuesta división entre los puertorriqueños utilizada como argumento -sobre todo repetido ad náuseam por muchos políticos- para justificar la inacción en temas medulares o para menospreciar la participación ciudadana y lo que de ella pueda surgir. Basta mirar el resultado de la gestión legislativa para percatarse del enorme divorcio con lo que piensa la ciudadanía, como bien se desprende de lo expresado en los Foros Ciudadanos.

Las preguntas son obligadas, ¿qué pieza falta? ¿Por qué los partidos políticos, cuando ganan las elecciones, no ponen en práctica las recomendaciones ciudadanas, algunas contenidas en sus programas?

A manera de ejemplo, el Plan de Usos de Terreno ha sido un reclamo permanente desde principio de la década pasada, los políticos de todos los colores se han comprometido a hacerlo y todos los que han tenido en sus manos la oportunidad han incumplido vergonzosamente. ¿Por qué?

Llenado el espacio de deliberación y diálogo, la ciudadanía necesita ocupar el espacio del poder y arrebatárselo a los que con demagogia y peroratas politiqueras se creen dueños de lo que no les pertenece. Quienes han administrado el gobierno están ahí porque forman parte de unas maquinarias partidistas que son la antítesis de la participación democrática y de los reclamos consensuados. De esas maquinarias se alimentan personajes de claro perfil delictivo y, lo que es peor, organizaciones y empresas que aparentan un “glamour prestigioso”. Sabido es que las enormes aportaciones económicas que realizan los que de ellas disponen, a las campañas de los partidos llamados de mayoría, llevan el signo de lo que esperan como recompensa. Es decir, la gestión pública se compra durante el periodo electoral por quienes tienen esa capacidad.

La ciudadanía necesita romper ese monopolio del poder político para ver realizado el resultado de sus reflexiones, diálogos y consensos. El diagnóstico se ha hecho.

21 nov 2011

El pensamiento de Hostos entre 1898-1903


Escrito por Alejandro Torres-Rivera / MINH

Los temas de la libertad política, la soberanía y la libre determinación como afirmación de dignidad individual y colectiva, fueron abordados por Hostos en sus escritos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX al plantearse la necesidad del rescate de la personalidad jurídica del pueblo puertorriqueño.

Perspectivas hostosianas en los temas de la libertad política, soberanía y libre determinación: comentarios libres

«Las revoluciones son tanto más necesarias
cuanto mayor sea la pasividad de los pueblos
antes de la revolución y mayor la ingratitud
que después de ella se prevea.1»

Introducción:

Primero que todo, agradezco la invitación cursada por la profesora Vivian Auffant, Coordinadora de este Simposio, para presentarles una breve reflexión en el tema que nos corresponde. Mis saludos particulares y mi mayor respeto para los ponentes en este evento. Mi especial saludo a todas aquellas personas que en las diferentes actividades llevadas a cabo a lo largo de los pasados días han compartido este espacio común evocando el pensamiento y legado de Eugenio María de Hostos.

Nos corresponde en la tarde de hoy como parte del Simposio titulado «Pertinencia del Pensamiento de Eugenio María de Hostos en el Siglo XXI», abordar la Perspectiva Hostosiana en casos contemporáneos. Por razones de tiempo y prudencia, limitaré mi intervención a la propuesta hostosiana para la solución de las relaciones políticas entre Puerto Rico y Estados Unidos y su vigencia en Siglo XXI.

El Diccionario de la Lengua Española, Vigésimo segunda Edición, (2001), define la palabra contemporáneo como lo existente en el mismo tiempo que otra persona o cosa; lo perteneciente o relativo al tiempo o época que se vive. En la búsqueda de sus sinónimos, la palabra contemporáneo nos refiere a lo actual, lo coetáneo, al presente, a lo que ocurre de manera o forma simultánea a un evento determinado.

Los temas de la libertad política, la soberanía y la libre determinación como afirmación de dignidad individual y colectiva, fueron abordados por Hostos en sus escritos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX  al plantearse la necesidad del rescate de la personalidad jurídica del pueblo puertorriqueño. Sus análisis, a la distancia de más de cien años, siguen siendo bastiones teóricos en las luchas actuales por nuestra emancipación política y la reivindicación de nuestros derechos soberanos conculcados por Estados Unidos de América. En ese sentido, el pensamiento de Eugenio María de Hostos sigue contando con plena vigencia en nuestra lucha emancipadora para el Siglo XXI. Para comprender tal vigencia, sin embargo, es necesario detenernos a examinar sus raíces históricas.


Antecedentes históricos para una reflexión:

El Partido Revolucionario Cubano fue fundado por José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba, el 5 de enero de 1892. Posteriormente, el 28 de febrero de 1892, se funda en Nueva York la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano. En sus Estatutos, aprobados el 10 de abril de 1892, Martí consignó que dicho Partido se constituía «para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad la independencia absoluta de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico.2»  De esta manera quedaba sellado un compromiso histórico, regado con la sangre derramada en los campos de batalla por cubanos y  puertorriqueños a partir del Grito de Yara el 10 de octubre de 1868, en lo que fueron la Guerra Larga, la Guerra Chiquita y la Guerra de Independencia.

En apoyo a la lucha emancipadora del pueblo cubano dijeron presente en forma desprendida cientos de puertorriqueños que fueron a pelear contra el colonialismo español en la manigua cubana. También, desde otra dimensión de la lucha, insignes patriotas rindieron  extraordinarios servicios en el exterior a la causa de la independencia de Cuba y de las Antillas. Tales fueron los casos, por solo mencionar dos de los más destacados, los puertorriqueños Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos.

La ausencia de condiciones inmediatas en Puerto Rico para la lucha armada luego del Grito de Lares el 23 de septiembre de 1868, lleva a puertorriqueños comprometidos con la independencia de Puerto Rico y la de Cuba a desplazarse a los campos de batallas del hermano país. La posibilidad del triunfo de la guerra de independencia en Cuba a partir de la fundación del Partido Revolucionario Cubano, junto con el compromiso de auxiliar la de Puerto Rico, acentuarían el vínculo continuo a lo largo de cuatro décadas entre revolucionarios de ambos países.

El 30 de mayo de 1875, estando en pleno desarrollo en Cuba la llamada «Guerra Grande», Hostos se reunió con Betances en Puerto Plata para coordinar esfuerzos en las luchas de independencia de Cuba y Puerto Rico. Luego de trasladarse a Santo Domingo, junto a revolucionarios cubanos y dominicanos y a través del periódico Las Dos Antillas, el cual también circularía bajo los nombres de Las Tres Antillas y El Antillano, continuará su labor en favor de la causa de la independencia de Cuba y Puerto Rico. La falta de voluntad política en Puerto Rico para un levantamiento armado revolucionario en aquellos años lleva a Betances a regresar a Paris y a Hostos a Nueva York, desde donde iniciará un segundo peregrinaje por tierras suramericanas recabando apoyo para la independencia cubana.

De regreso a Santo Domingo, Hostos permanece en este país entre 1880 al 1888, cuando decide viajar a Chile.

La guerra desatada nuevamente en Cuba en 1895 bajo la dirección del Partido Revolucionario Cubano, plantea nuevos escenarios para los patriotas puertorriqueños. La profesora Loida Figueroa Mercado nos indica que este evento creó una gran expectación en Hostos, reanimando de inmediato «su labor en favor de la causa3».

El avance de la lucha en Cuba y la proximidad de un triunfo independentista que más adelante avivara la llama de la lucha independentista en Puerto Rico, forma parte de las razones para Estados Unidos intervenir en el conflicto armado declarando la guerra al Reino Español.

Ante la gravedad que planteaba la entrada de Estados Unidos en el conflicto, el 7 de junio de 1898 Betances escribe a Hostos una carta procurando su regreso desde Chile para integrarse en forma más directa y protagonista en los acontecimientos que se avecinaban. En ella Betances le indica:


«Querido Hostos: ya debe usted haber llegado a esta fecha al centro de operaciones. (Cuánto me alegro!

Por desgracia yo estoy también muy lejos y por mil razones no puedo hacer como usted. Conviene mucho que usted esté ahí y que, como yo, haga presión todo lo posible sobre Henna para que se mueva hasta obtener para Puerto Rico las mismas concesiones, siquiera, que se hacen para Cuba...

He perdido mi tiempo queriendo abrir los ojos a los políticos españoles, para que tratásemos directamente sobre la base de nuestra independencia lo que hubiera impedido la intervención yankee y habría sido aceptado por el pueblo. No ha sido posible hacerles comprender esta necesidad, que les habría conservado nuestras simpatías y ventajas comerciales, además de una indemnización.
...4»

En esta misma carta Betances llama su atención al hecho de que Henna, quien dirigía la Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad de Nueva York, perseguía que la Isla saliera de manos de España para entregarla a Estados Unidos. A tenor con lo anterior, le propone que «dos o tres formasen en comisión, ponerse de acuerdo a la voz con el gobierno yankee y hablar bien claro; esto es decir la verdad: Puerto Rico no quiere pertenecer a la Unión. Está resuelto a resistir. Esto puede producir desastres irreparables...» Finalmente en la carta, le indica que es la «independencia absoluta» la que puede salvarnos.

Las gestiones hechas por Betances parecen ser corroboradas por Hostos en una carta escrita en el mes de junio de 1898 a su amigo dominicano Federico Henríquez y Carvajal. En ella nuestro patriota le expresa:

«Es posible que asuntos patrios me lleven por tiempo dado a Nueva York...5»

De hecho, más adelante, será en otra carta de 6 de julio de 1898, donde Hostos indicará a su amigo el propósito de su viaje.

«Aunque uno de mis móviles, al hacer el sacrificio de salir de Chile, fue acercarme a las Antillas y trabajar por ellas, no pensaba en que tendría que hacer el sacrificio que mañana empezaré a imponerme, dejando por primera vez a mi familia. Con efecto: comisionado por cubanos y puertorriqueños (solo usted y Peynado que lo sepan), saldré mañana para Nueva York. A usted, a quien tanto debe en nobles esfuerzos y simpatías la causa de la independencia, le toca ahora hacer votos eficaces por conseguir que su amigo salga bien de su propósito.6»


[1] De Hostos, Eugenio María, Obras Completas, Edición Crítica, Diario I, página 118.
[2] Martí, José, Obras Completas, Tomo 1, página  279, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975.
[3] Figueroa Mercado, Loida, Síntesis biográfica de Eugenio María de Hostos y Bonilla, en su libro Hostos: ensayos inéditos, Editorial Edil, 1987, páginas 17-18.
[4] Ramón Emeterio Betances, Casa de las Américas, Cuba, páginas 371-372, 1983.
[5] De Hostos, Eugenio María, Obras Completas, Cartas, Tomo IV, página 195, (1969).
[6] De Hostos, Eugenio María, Obras Completas, Cartas, Tomo IV, página 196, (1969).

Camila Vallejo: La primavera chilena llegó para quedarse


Enrique Ubieta Gómez/ La Calle del Medio

Es la segunda mujer en la historia de Chile, su país, en ser elegida como presidenta de la Federación de Estudiantes (universitarios). Militante de la Juventud Comunista, graduada de Geografía, Camila es a sus 23 años, una joven que rompe todos los esquemas. La derecha ha tratado de resaltar su indudable belleza física, y de atraerla al redil del buen comportamiento. Lo tiene todo para «triunfar», dice hipócritamente. Ella no se deja. «Es común que desvíen la atención de los temas de fondo planteando cuestiones superficiales como prioritarias.

Objetivamente soy bonita y no tengo problema en decirlo, pero yo no decidí cuál iba a ser mi apariencia. Lo que sí decidí es cuál es mi proyecto político y mi trabajo con la gente» –respondía a una revista chilena del «corazón», que apuntaba también algunas de sus preferencias musicales: la trova, Serrat, Chinoy, Ismael Serrano.

Y ya que los medios no pueden cooptarla, entonces tratan de reducir el alcance social del movimiento al liderazgo (perverso u oportunista) de una persona, para luego demonizarla. Sobre este tópico respondía también: «La personificación del movimiento se debe a los políticos y los medios de comunicación. Es una estrategia que se utiliza muy frecuentemente con los que se levantan con reivindicaciones sociales. En Chile se aplica mucho, y creo que en otros países del mundo también. En Cuba se habla de castrismo, en Venezuela de chavismo. Todo se personifica con los supuestos líderes, y no se ve que es un proceso compartido por mayoría» (BBC Mundo).

Camila participó en la llamada «Rebelión de los Pingüinos» en 2006 (los estudiantes secundarios chilenos reciben ese sobrenombre por el uniforme negro y blanco que usan), y es la vocera de las actuales protestas contra el modelo neoliberal en la educación universitaria, un movimiento estudiantil que ha sacudido a toda la sociedad chilena. Aunque parte de iguales premisas –la resistencia al modelo privatizador y la necesidad de construir un mundo alternativo–, el chileno se diferencia de otros estallidos aparentemente similares, como el de Madrid o el de Nueva York: «El movimiento estudiantil chileno no parte de los indignados –ha dicho Camila a BBC Mundo–. No es un movimiento espontáneo, sino un proceso largo basado en un análisis profundo de lo que sucede en Chile, de la injusticia. Entendemos la lucha de los indignados, pero en Chile pasamos la etapa del descontento. Ahora, hay que mirar enfrente y construir una alternativa para el país.» A pesar de su intensa agenda movilizativa, Camila Vallejo accedió a responder en exclusiva las preguntas que La Calle del Medio le hizo llegar para los lectores cubanos.

Algunos «expertos» solían decir en los 90 que las nuevas generaciones de chilenos –después de años de dictadura–, eran conformistas, pasivas, individualistas, ¿este renacer de los movimientos sociales juveniles en Chile es inesperado?


Efectivamente, gran parte de la juventud durante mucho tiempo asumió el rol que el modelo noeliberal le quiso imponer, actuando de manera absolutamente conformista y desconectada de la realidad nacional y de lo que ocurría en la política o en el mundo social, sumado al temor inculcado de manifestarse públicamente, a causa de las fuertes amenazas de represión que el gobierno aún desata sobre la población. Sin embargo, en Chile también tenemos una vasta historia de lucha social, de la cual los jóvenes constantemente han sido una parte activa y dinamizadora, aunque durante mucho tiempo eso se dio a contracorriente. Sin embargo, este año la necesidad y deseo de manifestarse, de participar y exigir un espacio en la toma de decisiones caló muy hondo en la juventud, lo que aportó el inédito elemento de la masividad en las movilizaciones, desbordando lugares públicos como nunca antes se había visto en el país. Eso es nuevo y muy esperanzador, ya que parece ser que aquella juventud individualista está dejando de lado ese tipo de actitudes y está entendiendo que todos estamos llamados a realizar cambios y a trabajar por construir un futuro mejor para nuestro país. Entonces así nos damos cuenta que en realidad muchos jóvenes tienen una opinión, que no estaban manifestando, pero que estaban esperando la ocasión para dar a conocer.

Eres parte de una generación con varias experiencias movilizativas, desde los días de la llamada «Rebelión de los Pingüinos» en 2006, ¿cuanto ha madurado el movimiento estudiantil en Chile?; de aquella primera experiencia, ¿qué enseñanzas supo sacar?

En primer lugar, algo que constantemente se destaca respecto de las diferencias y aprendizajes del movimiento de los Pingüinos del 2006 es el sentido amplio y ciudadano del actual movimiento. Es decir, ahora asumimos que los cambios en educación se realizarán por la acción conjunta de múltiples organizaciones sociales capaces de aunar sus fuerzas en favor de nuestro objetivo, y no sólo con el actuar aislado de los estudiantes, pues, dichos cambios son una preocupación nacional, y no sólo gremial, como se quería creer en años anteriores.  Por otro lado, en cuanto a la experiencia acumulada respecto de la relación entre los gobiernos y el mundo social, nosotros ya aprendimos que la unidad y la movilización son dos herramientas indispensables al momento de actuar, pues la derecha siempre buscará dividirnos de modo que seamos los mismos estudiantes quienes nos dividamos en torno a debates innecesarios. Además, ahora sabemos que ante cualquier ofrecimiento del gobierno debemos exigir garantías que nos permitan tener un mínimo nivel de confianza para iniciar las conversaciones que nos lleven a solucionar cualquier conflicto. Por eso hoy el diálogo está paralizado, a causa de la intransigencia del gobierno y su incapacidad para ceder ante mínimas solicitudes. Sin embargo, seguimos movilizados, pues no nos detendremos hasta ver resultados concretos, lo cual constituye otro aprendizaje: no bajar los brazos antes de tiempo.

Las transnacionales de prensa siguen hablando del «milagro económico chileno», ¿cómo viven los estudiantes ese «milagro»?


Lamentablemente, lo que algunos llaman milagro, para muchos fue y sigue siendo una pesadilla. Tanto en el sentido político más duro de lo que significó la dictadura en Chile y las vidas que cobró para implantar el actual sistema neoliberal, como en el sentido económico, en cuanto a las violentas transformaciones que sufrió nuestra economía e incluso nuestro Estado, a fin de perpetuar negocios millonarios para algunas pocas familias de este país, a costa del empobrecimiento y  creciente desigualdad en la distribución de la  riqueza para la mayoría de la gente, además de afectar los servicios públicos que se vieron privatizados casi en su totalidad, desde el agua hasta la salud y la educación. En este sentido, a las universidades existentes hasta el momento del golpe de estado se les quitó casi el 70% de financiamiento y debieron comenzar a cobrar altos aranceles para poder autofinanciarse a través del pago de las familias, lo cual hizo que el ingreso a la educación superior estuviera determinado por el nivel económico de los estudiantes. Además, en ese momento se permitió la creación de universidades e institutos técnicos privados cuya intención principal era lucrar y no educar, lo que provocó la proliferación de cientos de establecimientos de baja calidad, que lucraban con los sueños de progreso de familias completas. A eso hay que sumarle que las escuelas públicas también se empobrecieron y que se permitió la creación de escuelas con "financiamiento compartido o subvencionado", en los que se les permite a privados abrir colegios y recibir dineros del estado y de las familias para sostener tanto la escuela como el bolsillo del dueño, lo cual debilitó gravemente la educación pública y significó que las personas más pobres sólo pudiesen acceder a una educación de baja calidad que no le permite entrar a la universidad ni mejorar su condición de vida. Frente a todo eso es que hoy nos rebelamos como estudiantes y como sociedad en general, presentando nuestras demandas, reflejo de una concepción social de cómo debería ser la educación en Chile.

Por las consignas que los estudiantes enarbolan, es evidente el regreso de Salvador Allende, de sus sueños truncos, ¿los jóvenes chilenos empiezan a revalorizar el pasado?, ¿cómo sería el Chile de sus sueños?


No podría asegurar que sucede en todo el movimiento, pero creo que entre muchos integrantes del movimiento hay una alta valoración de Allende como el único Presidente que llevó a cabo un proyecto popular de gobierno. Eso es algo muy emotivo, pues ahí se produce un punto de encuentro entre las nuevas generaciones y las generaciones pasadas, que vivieron aquel hermoso esfuerzo de construir la vía chilena al socialismo, brutalmente coartado por la dictadura. Sin embargo, aquellos gestos que nos permiten recordar, reflejan a la vez la actual necesidad de tener un gobierno ligado estrechamente a la gente, que lleve un programa ciudadano y no funcional a los grandes conglomerados de poder nacionales y trasnacionales que hoy dominan el país. En ese sentido, más allá de tan sólo revalorizar el pasado, yo creo que hoy somos parte de la construcción de un futuro distinto, a cargo de presentar un proyecto social para la educación y para todas las otras necesidades con las que carga nuestro país. Esto, claramente involucra a todo tipo de actores, desde los estudiantes a los trabajadores, pobladores, dueñas de casa, etc. quienes tenemos el deber de no abandonar este proceso que está en ascendencia, lo que hoy llamamos «La Primavera del Pueblo de Chile», que con justa razón estamos fortaleciendo, pues llegó para quedarse.

¿Han recibido el respaldo de otras federaciones latinoamericanas de estudiantes? La Federación de Estudiantes Universitarios de Cuba también emitió un comunicado de solidaridad, ¿se sienten parte de un movimiento continental?


Afortunadamente el apoyo internacional proveniente de jóvenes de todo el mundo ha sido incondicional y muy gratificante; nos ha permitido conocer el alcance de lo que pasa en Chile y a la vez nos ha abierto numerosas puertas de solidaridad internacional. Hemos aprendido de la experiencia de muchos compañeros alrededor del mundo y de América Latina, hemos intercambiado apreciaciones y conocimientos tanto de educación como de las vivencias en los movimientos sociales, principalmente a través de instancias de comunicación como lo son las redes sociales, pero también de manera concreta, como sucedió en el CLAE, congreso al que asistieron cientos de compañeros chilenos con la intención de dar a conocer nuestra lucha, pero también de afianzar aquel sentimiento de unidad latinoamericana muchas veces difícil de practicar en nuestro país, pero que en momentos como estos es tan necesario y parece salir a flote de manera natural, al reconocer en tantos estudiantes aquella convicción de que la lucha que hoy estamos dando en Chile, mañana podría darse en cualquier otro país hermano, y no dudo que en la medida de su justeza nosotros estaremos apoyándolos de manera recíproca.

19 nov 2011

¿Qué es la pobreza?


Escrito por Linda Colón Reyes/ Prensa Comunitaria

En la época que vivimos muchos han perdido la esperanza de ver su vida cambiar, otros han observado como su condición de vida empeora. El desempleo se esparce, el gobierno despide miles de personas y miles radican la quiebra al no poder pagar sus deudas, en otras palabras ingresan al grupo de los pobres.

Es indudable que la palabra pobreza tiene una carga emocional e ideológica muy grande. Durante siglos se ha hecho referencia la misma, bien sea para plantear la desgracia de su existencia o para justificar su necesidad. Todas las sociedades a lo largo de la historia coinciden en que la pobreza es una calamidad, un infortunio para quienes la sufren. En lo que difieren las diversas posturas es en torno a cómo solucionarla y en sobre quienes recae la responsabilidad de su existencia. Para algunos la pobreza es un castigo de Dios o de la naturaleza, un mal eterno que siempre ha existido y existirá. Para otros es el fruto de la ignorancia, de los prejuicios, del egoísmo y de la riqueza acumulada y el afán de lucro de unos pocos a expensas de otros. Hay quienes la conciben como un castigo de una sociedad injusta, como un pecado social, moralmente condenable o como la consecuencia de la vagancia y la falta de interés de quienes prefieren vivir del gobierno. En síntesis, la pobreza es una realidad creada por el ser humano y de éstos depende también su persistencia o erradicación.

El concepto pobreza se ha utilizado tradicionalmente para referirse a una condición o situación económica, política y social desigual que afecta a ciertos individuos en la sociedad. Consiste en carecer de lo necesario y lo  deseado o lo valorado por otros. Ser pobre representa la carencia de los medios de subsistencia capaces de proveer lo que  una sociedad históricamente determinada considera adecuado y necesario para un nivel de vida comúnmente aceptado. Pero ¿qué es lo adecuado, lo necesario o lo comúnmente aceptado? Tales preguntas no son fáciles de contestar porque las respuestas pasan por numerosos filtros valorativos, ideológicos y de clase. Las respuestas están igualmente saturadas por la construcción de utopías y alternativas que diferentes sectores de la sociedad quieren creer que “resuelven” el problema de la pobreza, pero siempre desde la perspectiva de sus intereses e ideales.

Al referirnos a la desigualdad social, política y económica no necesariamente estamos hablando de pobreza, pero sí es evidente que ésta surge de la primera. La pobreza implica la existencia de desigualdad social y económica en la posesión de la propiedad, de la renta, del poder político y de la vida en general. Incluye con toda probabilidad, el sometimiento a una relación de dependencia e inferioridad. Presupone también, y muy probablemente, el vivir del socorro del prójimo y experimentar la necesidad de la ayuda de otros. La desigualdad no se experimenta individualmente y no se reduce a un sentimiento de inferioridad; la desigualdad es una suerte común que se experimenta colectivamente. Presupone la existencia de unos estratos sociales que poseen riquezas y de otros estratos que pueden definirse por la carencia total o relativa de estos bienes. Implica también la mirada excluyente, prejuiciada y a veces despectiva del otro; y la mirada interna temerosa, protegida y a veces también excluyente del otro.

En la pobreza se viven diferentes niveles de carencia como lo son la escasez de recursos, bienes y oportunidades que limitan el desarrollo óptimo del ser humano. En este sentido se distinguen dos niveles de pobreza: absoluta y relativa. Su forma más opresiva es la pobreza absoluta, que se define como aquella condición en la que la privación de los bienes materiales (alimento, vestimenta, vivienda, medicinas) pone en peligro la sobrevivencia del individuo. Este nivel de pobreza es conocido como pauperismo e implica, en la mayor parte de los casos, inanición y muerte por la carencia absoluta de alimentos, albergue, medicamentos o vestimenta. En el mundo de hoy, esta pobreza implica la incapacidad “absoluta” de acceso al mercado de bienes de consumo. Sus ejemplos más dramáticos los encontramos en algunos países donde la hambruna y la total escasez de los factores más elementales para mantenerse vivos, provoca la muerte diaria de miles de personas, como lo es en el caso de Etiopía, Bangladesh y en América, el caso de Haití.

La noción de pobreza encierra también un carácter relativo, que puede definirla como una condición individual, familiar y nacional basada en la privación de bienes materiales, el bajo ingreso y el escaso acceso al bienestar social en general. Se es pobre y se carece materialmente en comparación con otros sectores que sí poseen diversos niveles de riqueza. La pobreza vista desde una perspectiva relativa, nos obliga a la comparación no sólo con aquellos que poseen menos, sino sobre todo con aquellos que poseen más. En tal sentido la pobreza, como antónimo de la riqueza, hace referencia en todas las épocas al poder y el privilegio que acompañan a la riqueza y, por tanto, al desamparo, a la desigualdad social y a la inferioridad que son cónsonas con esta. Las definiciones relativas, suelen comparar los ingresos, el acceso a los bienes y servicios de los pobres con quienes no lo son y se enfoca en la brecha de ingresos que separa a estos dos grupos.

La pobreza es un fenómeno social producido por los seres humanos y no un hecho natural. Es fruto de un desarrollo contradictorio y desigual por el cual los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. La pobreza implica opresión, dependencia, injusticia y es, por tanto, un hecho generado y mantenido por unas estructuras, por lo que no es posible resolverla sin trabajar con esas estructuras. Es una condición que se define con respecto a una variedad de factores cuantitativos y cualitativos, que cambian a medida que lo hacen los tiempos, las sociedades y las culturas.

La pobreza tiene, además, unas implicaciones cotidianas que difícilmente pueden ser entendidas por aquellos que no la han padecido nunca. Supone privación y carencias en comparación con quienes gozan de una condición de vida más desahogada. Aunque lo más evidente de la pobreza es la carencia material, ésta también implica otras privaciones en el campo educativo, en lo cultural, en lo ocupacional, en lo emocional y en el aspecto del poder político. Desde la perspectiva del desarrollo humano, la pobreza significa  la privación de escoger y la ausencia de oportunidades para vivir una vida  digna y tolerable.

La pobreza también lleva aparejado un problema de falta de poder político y en muchos de los casos, del interés por hacerlo valer. Aunque en los países del Tercer Mundo los sectores pobres constituyen la masa votante, en la mayor parte de los casos hay una exclusión de dichos sectores de las esferas del poder político. Igualmente, conocer y hacer valer los derechos es una tarea muy difícil para los pobres. Desde esta perspectiva, los pobres son ciudadanos de segunda clase para quienes la democracia se define de manera diferente. Sin embargo, ello no significa carencia absoluta de poder porque los pobres hacen valer sus derechos organizándose, protestando y llevando a cabo demostraciones, en muchas ocasiones de manera espontánea y en otras ocasiones manejados por quienes tienen el poder. Hay situaciones, en que los pobres toman el poder en sus manos (como cuando invaden terrenos, hacen demostraciones contra el alza de precios o contra la contaminación de sus comunidades, etc.)  y entonces  el conflicto con el Estado y sus estructuras es muchas veces inevitable.

El problema del poder nos lleva a plantear el asunto de la democracia y la igualdad en el seno de la sociedad. Uno de los dogmas de fe de nuestra sociedad es que todos somos iguales. Desde la Declaración de los Derechos del Hombre de la Revolución Francesa, hemos escuchado hablar de la libertad, la democracia y la igualdad. Ésta última se ha planteado como paridad de derechos frente al Estado, pero también se ha planteado como reclamo  frente  a la falta de poderes reales y a la distribución desigual de recursos. Si de algo pueden dar fe los pobres y marginados es de la falta de igualdad cuando de reclamar derechos o defenderse frente a los tribunales de justicia y las demás instituciones sociales se trata. En la pobreza la subordinación ante la falta de igualdad es cosa de todos los días.El reconocimiento de los derechos, tanto por parte de las agencias del orden (policía, tribunales), como por parte de los que sufren la desigualdad, es en la mayor parte de los casos inadecuado. La existencia formal del derecho a la igualdad no obliga  en forma alguna a su cumplimiento.

La pobreza en nuestros días conlleva diversas formas de segregación social y racial: los pobres estudian en escuelas para pobres, viven en barrios para pobres, asisten a hospitales, tribunales y hasta iglesias para pobres. De esta forma, la pobreza alude a condiciones de falta de igualdad y trato discriminatorio en la vida cotidiana. La existencia de la igualdad formal, es igualdad ante la ley y no excluye la existencia de leyes desiguales e injustas. Es por esta razón que las acciones de los grupos que luchan por mayor igualdad van encaminadas a exigir del Estado y de los partidos políticos la extensión de los recursos y las condiciones necesarias para el disfrute de la igualdad social y económica.

Suenan los tambores de guerra contra la República Islámica de Irán


Escrito por Alejandro Torres-Rivera / MINH

Informes provenientes de Israel que fueran circulados la pasada semana, señalan que el Primer Ministro de este país, Benjamín Netanyahu, y su Ministro de las Fuerzas Armadas estarían procurando la autorización del parlamento israelí para una operación militar preventiva de Israel contra la República Islámica de Irán.

El objetivo, según se indica, sería destruir las instalaciones de ese país vinculadas con su programa nuclear y dedicadas a enriquecer uranio. De acuerdo con Israel y sus socios occidentales, el actual programa nuclear iraní no es otra cosa que la antesala a un programa más abarcador cuyo propósito es el desarrollo de la capacidad militar nuclear en este país de Asia Central.

Desde el punto de vista de Israel, Irán ha desarrollado sistemas balísticos de largo alcance cuyas ojivas convencionales podrían golpear el territorio israelí. Tales misiles y sus ojivas podrían, en la eventualidad de que Irán desarrolle armas nucleares, transportar las mismas representando una amenaza nuclear contra el Estado judío. Toda esta línea de argumentación contra Irán, sin embargo, se produce en un contexto en el cual desde hace décadas, Israel ha sido señalado como país que posee armas nucleares con las cuales estaría dispuesto a enfrentar cualquier situación de peligro que represente un ataque contra su territorio por parte de un Estado extranjero.

Durante la existencia del régimen de Apartheid en Suráfrica, Israel fue uno de los Estados solidarios con dicho régimen racista. Puso a su disposición armamento nuclear dirigido a preservar su existencia, armamento este que Suráfrica llegó a considerar dentro de la intervención de este país contra Angola y el territorio que hoy ocupa Namibia.

Concluida la campaña militar de la Unión Europea y Estados Unidos contra Libia bajo la OTAN, ambas potencias económicas y políticas comienzan a enfilar sus colmillos contra otros estados musulmanes. Los principales objetivos a corto plazo son Siria e Irán. En el primero de estos países, desde hace meses se ha venido estructurando un proceso de desestabilización interna que hoy ha conllevado miles de muertos en enfrentamientos entre civiles armados y fuerzas de seguridad. Dentro del proceso dirigido al derrocamiento del gobierno legítimo del presidente Assad, la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN han contribuido a la organización de un gobierno provisional en el exilio, localizado en Turquía; a la creación de un ejército compuesto básicamente por varios miles de desertores de las fuerzas armadas sirias, ubicados en la frontera norte del lado de Turquía; el aislamiento diplomático y económico mediante sanciones impuestas por estos países y más recientemente por la Liga Árabe; y la subvención de grupos de oposición al interior del país.

Otro de los objetivos inmediatos de Estados Unidos, la Unión Europea e Israel en la región lo constituye la República Islámica de Irán. Contra este país durante los pasados años se han venido ensayando las mismas medidas que hemos descrito en el caso de Siria, aunque con menor éxito. La razón es sencilla. Irán es un país con mayores capacidades militares, mayor población, territorio mucho más extenso, recursos naturales importantes, y finalmente, mayor organización política y cohesión ideológica que Siria.

Si bien cualquier intención de llevar a cabo una agresión contra este país supone enfrentar un enemigo diferente, con una mayor capacidad de respuesta que la que puede tener en estos momentos Siria, lo cierto es que la estrategia seguida hoy contra Siria está directamente vinculada con la eventual estrategia de Estados Unidos, la Unión Europea  e Israel contra Irán.

Dentro de la incertidumbre que provoca una acción militar de Israel contra la República Islámica de Irán, hace apenas una semana, como consecuencia de una gran explosión masiva en un depósito de municiones localizado en Teherán, capital de Irán, fue destruida una instalación militar que albergaba el arsenal de misiles Shahab. Este tipo de armamento, fabricados por Irán, cuenta con un alcance que permitiría un ataque contra Israel. De acuerdo con  informaciones suministradas por el gobierno iraní, la explosión se produjo  mientras personal militar transportaba municiones. Sin embargo, informes procedentes de Occidente, indican que fue el resultado de un operativo de sabotaje llevado a cabo por la Mossad, agencia de inteligencia de Israel. En este atentado falleció un alto oficial de las fuerzas armadas iraníes, el General Hasan Moghaddam, figura clave en el desarrollo del programa de misiles iraníes.

La explosión tiene lugar en momentos en que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) divulgara un Informe en el cual plantea nuevas preocupaciones en torno a las “posibles dimensiones militares” del programa militar iraní. Simultáneamente con la publicación del Informe, cual si fuera un coro previamente ensayado, tanto el Presidente Obama como voceros del Reino Unido expresaron que no descartarían una operación militar directa contra Irán.

Mientras al presidente de Estados Unidos le han salido al paso algunos precandidatos electorales, acusándole de blandenguería con Irán y de haber abandonado a Israel, Obama ha respondido indicando que Estados Unidos no descarta ninguna opción.

Ciertamente, la presencia de armas nucleares por diferentes Estados representa un peligro para la sobrevivencia misma de la Humanidad. Sin embargo, a la hora de determinar el derecho de cada país a tenerlas, la alternativa no puede ser el privilegio de unos países sobre otros.

Fidel Castro, en una de sus recientes Reflexiones, nos dice que grandes pensadores en el mundo hoy concluyen que el estallido de 100 armas nucleares estratégicas sería suficiente para “poner fin a la existencia humana en el planeta.” Continúa diciendo que el número oficial de países con armas nucleares en el mundo son ocho, de los cuales cinco forman parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a saber: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia. Los otros dos, Paquistán e India, reconocen poseer las mismas y en efecto han realizado pruebas de éstas.

En el caso de Israel, que nunca ha reconocido oficialmente poseer dicho tipo armamento, se calcula que tiene entre 200 a 500 armas de esta clase.

Fidel documenta, además, distintas acciones militares realizadas por Israel en el pasado, dirigidas contra instalaciones de algunos países de la región que desarrollaban con fines civiles la tecnología nuclear, como fueron los casos del reactor nuclear iraquí en Osirak en 1981, o del reactor sirio Dayr az-Zawr en 2007. Por eso indica, no tendría nada extraño que en estos momentos Israel se proponga llevar a cabo el mismo proceder del pasado contra Irán.

La pregunta es, más allá de los riesgos que pueda representar para la Humanidad la carrera armamentista nuclear, ¿en qué descansa el derecho de unos países a poseer este tipo de armamento e imposición, o la falta de derecho en otros a así desarrollarlas?

Hasta el presente, en medio de los nuevos tambores de guerra de Occidente e Israel contra la República Islámica de Irán, países como la Federación Rusa han manifestado su disposición a hacer lo que esté a su alcance para evitar el uso de una opción militar contra Irán. Tal acción, por cierto, no dejaría de ser una clara provocación para Rusia dentro del marco de sus relaciones económicas, políticas y geográficas con Irán.

Irán posee una alta capacidad militar. Incluye no solo fuerzas de tierra y aire, sino también fuerzas navales. Su disciplina y disposición a la defensa del país quedó demostrada cuando todavía Irán no poseía la capacidad militar que hoy tiene, como quedó evidenciada en la guerra apoyada y estimulada por Estados Unidos por parte de Iraq en la década de 1980.

El inicio de una agresión de Israel, de Estados Unidos y de la Unión Europea contra Irán tiene el potencial real de desatar una guerra de consecuencias impredecibles en la región de Asia Central. Una guerra así, ciertamente impactaría las poblaciones de toda Europa, la región de Asia Central y Medio Oriente. Sus olas expansivas ciertamente llegarían a nuestro Hemisferio. Las consecuencias materiales y en vidas humanas que un conflicto de esta naturaleza acarrearía no lo merece el género humano.

Es hoy un momento oportuno de oponernos a una nueva escalada en la guerra imperialista por el control de las riquezas de los países del Medio Oriente y Asia Central. Todo cuando hagamos hoy contribuirá a evitar un nuevo conflicto armado en el cual, tarde o temprano, nuestra juventud será arrastrada al mismo.

16 de noviembre de 2011