25 oct 2012

Trabajo social y descolonización


Por Perla Franco e Izamar Rivera González/En Rojo

Combinaron la experiencia del trabajo comunitario “liberador- transformador” y el quehacer del trabajo social “crítico”, para encontrar una especie de guía para el proceso descolonizador, dentro de la propia entraña del sistema colonial que vive Puerto Rico y desde las comunidades.

Imperceptible a veces pero siempre presente, ese tipo de trabajo comunitario y social ha ido preparando, palmo a palmo, un terreno fértil hacia la descolonización, que hay que reforzar. Hay quienes lo saben y hay quienes lo ignoran. Pero ciertamente es ahí donde se ha ido tejiendo un mensaje liberador que han decodificado los autores del libro Trabajo Comunitario y Descolonización, elaborado por Alejandro Torres Morales, Magda Orfilia Barreto, Doris Pizarro Claudio, Wilfredo Quiñones Sierra, Raquel M. Seda Rodríguez y Luz A. Vega Rodríguez, el cual, jubilosos, dieron a conocer en entrevista exclusiva con CLARIDAD. Un trabajo que ya está disponible, luego de tres años de intensa labor colectiva.

El libro es sin duda uno ideológico y político. De ahí que sus autores se lanzaran convencidos de que el terreno andado en ambos escenarios, -el comunitario y el del trabajo social-, manifiesta en conjunto un proceso liberador que puede llegar a ser un instrumento transformador de nuestra realidad colonial.

A pesar de que cada uno escribió un ensayo propio, el libro es producto del aporte y las criticas que como colectivo se hicieron los unos a los otros con el propósito de enriquecer el producto final. Y lo lograron. Convencidos de que el trabajo colectivo y la solidaridad son parte de la tarea descolonizadora, implementaron ambos en esta tarea. Porque, como afirman, la solidaridad entre las comunidades, sean geográficas o de intereses comunes, es lo que ayuda al proceso descolonizador. Y en la práxis, como es sabido, está la confirmación de lo teórico; y viceversa.

Orfila, quien es estudiosa de la conciencia crítica, postuló la importancia del libro como de avance hacia la descolonización y la práctica de un trabajo social transformador. El libro trata de romper con la visión del trabajo social que se ejerce en función de que las personas se conformen con lo que tienen, con el asistencialismo gubernamental, con la dependencia como modo de vida, que es parte de lo que ha creado la colonización.

Pizarro Claudio analiza la gestión del trabajo social desde una perpectiva liberadora trasciende los parámetros de la profesión para abordar lo que significa el coloniaje y la dominación capitalista en los procesos políticos y organizativos de las comunidades y sus repercusiones. Aborda el promover una visión descolonizadora en el trabajo comunitario.

Con este libro, sus autores hacen una importante aportación a la lucha descolonizadora de Puerto Rico, al desarrollo humano desde la colonia y al trabajo social crítico para las transformaciones sociales que requiere el país. Creen en fomentar el trabajo comunitario desde una perspectiva de transformación estrucutral. Por medio de la experiencia y la práctica del trabajo social comunitario han elaborado una visión esquemática aplicable al conjunto de luchas que se dan en el escenario nacional. Por medio de esa práctica han descubierto cómo el colonialismo ha intentado marginar al pueblo quitándole su identidad. Plantean que para la descolonización de Puerto Rico se necesita ser solidario y ubicarse en el lugar del otro, para buscar las raíces de lo que somos como país y dejar atrás la colonización, obstáculo para el desarrollo y la superación colectiva. Los autores y autoras reafirman que el desarrollo óptimo del ser humano es contrario al sistema colonial en que vivimos.

Cotté Morales, el más joven del grupo, dice desde su experiencia comunitaria en Cantera, que las comunidades se van empobreciendo más y más, aun cuando se fomentan leyes desde el gobierno que pretenden atender su necesidad, que se crean sin intención de transformar las estructuras institucionales que son las que en realidad promueven la desigualdad y la injusticia, la marginalidad y la pobreza. Se lanza a decir que si bien es cierto que los trabajadores sociales son vistos como mantenedores o promotores de un sistema opresor, en el caso de su experiencia en El Caño, luego de un arduo trabajo “que tomó tiempo” se logró romper con ese prejuicio. Señal de que “no es posible lograr una transformación de un sistema de injusticia social, si no partimos de una educación que promueva el pensamiento crítico”.

Vega Rodríguez plantea la deconstrucción para la construcción de nuestro país mediante la descolonización. Propone dimensiones éticas al trabajo comunitario con valores como la organización, la participación, la solidaridad, el reconocimiento de la diversidad y el establecimiento de relaciones horizontales, entre otras.

Como podría anticiparse, los autores y las autoras de este libro afirman que no se descoloniza para quedarse en el limbo, sino para lograr algo mejor a lo que tenemos. El libro es un modelo de cómo combatir la mentalidad que se nos ha creado de conformidad e inferioridad, para luchar por eliminar el sistema opresivo en el que vivimos, por medio del trabajo social con las diversas comunidades. Afirman que el trabajo comunitario es medular para transformar nuestra realidad. Proponen en el libro un modelo de trabajo social comunitario basado en nuestra realidad nacional y coyuntura histórica, que exige ser transformada hacia una visión filosófica de ideología liberadora, que rompa con la deshumanización que impone el sistema neoliberal capitalista y con la desigualdad y la opresión que impone el coloniaje.

Aportaciones de los autores
En el entramado de la propuesta que ofrecen estos trabajadores sociales, está la acción y pensamiento de Raquel M. Seda Rodriguez, quien impulsó su realización. Doris Pizarro Claudio y Magda Orfila Barreto le presentan al lector los marcos referenciales en que se fundamenta el libro. Luz A. Vega y Alejandro Cotté partieron de la práctica y experiencias que han tenido en sus barrios, en Mariana en Humacao y Cantera en San Juan respectivamente. El libro incluye un ensayo fotográfico trabajado por Wilfredo Quiñones Sierra, el cual presenta algunas luchas comunitarias como la de liberar a Vieques de la Marina de Guerra de Estados Unidos, la lucha contra el gasoducto y la huelga en la Universidad de Puerto Rico, junto a otras fotos de murales y artes en denuncia de la represión.

Agradecimientos y dedicatoria
Los agradecimientos en el libro fueron dirigidos al grupo de personas que ayudaron en la edición escrita, quienes a su vez fungieron como editores y críticos; al artista Pablo Marcano García, quien cedió el arte de la portada, una imagen pictórica de la luchadora independentista y trabajadora social Doña Isabelita Rosado; a las comunidades luchadoras; y a la pionera del trabajo social en Puerto Rico, Carmen Rivera de Alvarado.

La utilidad del libro abarca diversas audiencias: trabajadores sociales, personas del trabajo comunitario, ya sean jóvenes, líderes políticos, psicólogos comunitarios, líderes de partidos políticos, etc. Siendo un sueño hecho realidad de Raquel M. Seda, ya impreso este trabajo está listo para impactar a la sociedad, para plantar ideas en los que buscan construir un mejor país. Es un libro que contiene un pensamiento innovador, con una perspectiva que no se había tratado antes y que ciertamente habrá de continuar enriqueciéndose con la práctica cotidiana. Es una buena guía también para maestros y voluntarios. Es una oportunidad de ver el trabajo social de una manera colectiva, desde una perspectiva descolonizadora y con una visión cultural fuerte, sólida y trabajada que camina hacia un futuro de grandes esperanzas.

Fuente:http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=67065EE1C259701E9E790380E5200B80

24 oct 2012

Economía del terror


Escrito por Osvaldo Martínez / Cubarte

El término terrorismo es uno de esos de los que se ha apropiado el poder imperialista global y lo utiliza como garrote para golpear en todas direcciones. Cualquier agresión, ilegalidad o crimen pueden cometerse bajo la justificación del combate contra el terrorismo.

Ahí están para no olvidarlos, la masacre de Iraq intentando encontrar "armas de destrucción masiva" que nunca existieron, y la guerra global contra el terrorismo que ha servido, entre otras cosas, para recortar las libertades civiles en Estados Unidos y desatar el terror global con el nombre de antiterrorismo. El fantasma del terrorismo sustituyó al fantasma del comunismo.

Si se trata de ejercer dominio mediante el terror por acciones ejecutadas por minorías, el sistema económico transnacional del capitalismo globalizado neoliberal, posee un arma de destrucción masiva no menos letal que las armas nucleares y ejerce el terrorismo como método permanente de actuación, sin que se le acuse de terrorista.

Por lo general, no se establece relación entre terrorismo y economía. No hay en ésta ataques con bombas, asesinatos, torturas. Ella aparece como terreno técnico, neutral, donde no se advierte que unos ejerzan terror contra otros.

El arma de destrucción masiva más destructiva es el sistema financiero liberalizado. El escenario donde el terrorismo económico se despliega con especial eficacia es el de las crisis económicas recurrentes, y sus agentes estelares son los especuladores, ese espécimen que tiene en la liberalización financiera el medio ambiente ideal para crecer y mandar.

Este terrorismo en la economía no mata por bomba o balas, sino por hambre, desempleo y alienación, aunque las víctimas raramente identifican a los victimarios, encubiertos tras la espesa cortina de mercados que matan con apariencia de dictámenes técnicos sin participación de culpables.

El arma de destrucción masiva por excelencia es la masa de capitales financieros que se mueven en el mercado global y que algunos autores colocan en el orden de unos 600 billones de dólares; ante los cuales el PIB mundial es apenas una pequeña fracción. Esa enorme masa financiera --verdadero poder financiero global sin regulación-- se mueve a impulsos de los nerviosos estímulos de la especulación y su capacidad destructiva es tan fuerte que puede derribar la tasa de cambio de una moneda como en 1992 ocurrió con la libra esterlina, provocar masivas fugas de capital o poner de rodillas a gobiernos, actuando sobre su deuda soberana, como ocurre ahora en Europa.

Cuando en nuestros oídos resuena la cifra de algo más de 1,000 millones de hambrientos en el mundo o el crecimiento de los suicidios de desesperados jubilados o desempleados europeos, pocos lo vinculan con las finanzas liberalizadas y la pequeña compacta élite de especuladores y banqueros, los verdaderos poderes que establecen los límites de movimiento de los gobernantes políticos.

El escenario del terrorismo en la economía son las crisis económicas que acompañan al capitalismo como su sombra. Terror ante el desempleo, la ruina de pequeñas empresas, la pérdida de la vivienda por el desplome inmobiliario, son ingrediente central de toda crisis y ellas ocurren con implacable frecuencia y en medio de una que parece interminable y desconcertante, se encuentran hoy Estados Unidos, Europa y Japón.

Crisis de la deuda externa para los latinoamericanos en 1982, crack bursátil del viernes negro en Estados Unidos en 1987, crisis inmobiliaria y financiera en Japón en 1990, crisis de la deuda en México 1995, crisis del "corralito financiero" en Argentina 2002, crisis de la "nueva economía" en Estados Unidos 2001-2002, son demasiadas crisis y son todas dosis adicionales del terror económico permanente.

Los agentes del terrorismo en la economía se pueden encontrar en directorios de las grandes empresas transnacionales y de los grandes bancos entrelazados orgánicamente con ellas, y tienen en gerentes de agencias calificadoras de riesgo, hedge funds o fondos de cobertura y en general, en los llamados "inversores institucionales" que manejan importantes masas financieras como son los fondos de pensiones, los agentes operativos que administran el terror económico tras el escudo de objetividad neutralismo de la "mano invisible del mercado".

El inmenso poder destructivo de las finanzas sin regulación desatadas por el neoliberalismo se revela en la crisis europea de deuda soberana. En Europa, como en Estados Unidos a partir del hundimiento de Lehmann Brothers en 2008, estallaron los conflictos internos del capitalismo globalizado neoliberal.

Estos conflictos pudieran resumirse en una inevitable ruptura de la inmensa masa financiera debido a que la ofensiva salarial y anti laboral impulsada con el nombre de "flexibilización laboral" tuvo un efecto dual: por un lado sostuvo la tasa de ganancia contrarrestando su tendencia decreciente y por el otro deprimió la demanda solvente y lanzó al capital financiero a una huída hacia adelante, multiplicando la especulación, achicando la economía real y manteniendo artificialmente la demanda solvente mediante el sobreendeudamiento de los hogares atrapados en las ilusiones de la especulación con el valor de la vivienda, los espejismos de la Bolsa y la trampa de las tarjetas de crédito.

El terrorismo en la economía se aprecia en sucesos extremos: ola de suicidios en Europa y banqueros exigiendo planes de austeridad que provocarán más suicidios, a los estados que los rescataron de la ruina, de la que fueron responsables por su codicia.

Los estados salvaron a las finanzas privadas aplicando paquetes de rescate con dinero público. En estricto dictamen de mercado, merecían la nacionalización, pero fueron salvados con el dinero de los contribuyentes. Una vez salvados se convirtieron en acreedores de los estados a los que la crisis misma y el costo del salvamento habían colocado en déficit. Actuando ya como acreedores de los estados, hicieron lo que mejor saben: especular y exprimir por tanto las deudas soberanas.

Un paso más ha sido exigir austeridad en el gasto aplicando ajustes que en amarga ironía reproducen los que algunos de esos estados europeos le aplicaron sin compasión a América Latina durante más de dos décadas. La austeridad en el gasto no es igual para todos. Tiene un destinatario definido en el gasto social y significa recortes en seguridad social, salud, educación, servicios públicos, y esto es terrorismo económico ejercido por una minoritaria élite financiera contra los muchos millones a los que se les hace creer además, que son ellos los culpables de la austeridad por haber disfrutado de exagerados gastos sociales.

Este terror tiene otra peculiar faceta. El neoliberalismo ha contribuido sustancialmente a desencadenar la crisis y al hacerlo ha mostrado su propia e irremediable crisis en tanto política económica y modo de plantear el funcionamiento de una economía que no lleve a un callejón sin salida, pero al mismo tiempo ha dado grandes pasos de avance en el desmantelamiento de los restos del estado de bienestar social y el sometimiento de los poderes públicos.

Es evidente que los indignados tienen razones para estarlo y también lo es que sólo una indignación que trascienda los límites de la mera indignación, elaborando un proyecto, articulando un liderazgo y estableciendo un vínculo orgánico con las muchas víctimas de la crisis capitalista, podrá dejar atrás la economía del terror.

Fuente: http://www.cubarte.cult.cu/periodico/letra-con-filo/economia-del-terror/22131.html

22 oct 2012

¿Qué está sucediendo en Panamá?


Escrito por Mauro Zúñiga Araúz / Rebelión

Panamá es un país poco conocido fuera de sus fronteras. Tiene una pequeña extensión y una población poco mayor de 3 millones de habitantes. Se sabe que un canal atraviesa nuestras extrañas y se nos vincula estrechamente a los Estados Unidos. Los amantes del boxeo nos relacionan con nuestro ídolo deportivo, Roberto Durán, uno de los mejores boxeadores que ha tenido ese deporte; los fanáticos del beisbol, con Mariano Rivera, el mejor cerrador de todos los tiempos y los conocedores de la música popular, por el bolero Historia de un Amor. En los últimos años el nombre de Panamá ha hecho bulla hemisférica por los grandes escándalos de corrupción de nuestro presidente, el señor Ricardo Martinelli Berrocal y por la acción de los trabajadores de abandonar la sede de la Organización Internacional del Trabajo, en Ginebra, mientras él daba un discurso. También se ha conocido la masacre militar contra nuestros grupos originarios, que ha dejado muertos, heridos e invidentes y, al momento de escribir este artículo, por la represión que se está dando en la ciudad de Colón, la entrada atlántica al Canal, contra la población que protesta por la venta de los terrenos de la Zona Libre, una zona franca desde hace varias décadas. Ya los militares asesinaron a un menor de nueve años que contemplaba los disturbios desde el balcón de su residencia. No fue casual que el propio Presidente se encargara de anunciar los aumentos salariales a los militares. Así los incorpora con mayor firmeza a sus objetivos.

He señalado en Rebelión que Panamá es la mejor vitrina para estudiar la implementación del modelo neoliberal. Tenemos un Presidente, quien además de ser un empresario millonario, es un individuo con un desmedido afán de fortuna y de Poder. Tiene un control absoluto de todos los órganos del Estado y una injerencia directa en casi todos los medios de comunicación social. Por ello está ejecutando todas las medidas privatizadoras que ha determinado el imperio. Lo hace a expensas de las protestas, las que están muy mediatizadas por la falta de una entidad convocante que defina como objetivo central el cambio de esta institucionalidad representativa, concentrante y excluyente, por una democracia participativa, incluyente y solidaria. La gente está indignada, pero sin brújula. Toda la fuerza mediática, los partidos políticos y la denominada Sociedad Civil hacen grandes esfuerzos por atemperar las energías populares con el espejismo de las elecciones generales de 2014; sin embargo, el Presidente Martinelli Berrocal no se cansa de enviar mensajes de diferentes tonalidades, de que, si hay elecciones para esa fecha, él va de candidato o una persona que tenga su aval, sea del partido político que sea, tanto del gobierno, como de la oposición; porque en Panamá no hay ninguna corriente política que cuestione el modelo de oferta/demanda, pilar del capitalismo. Hace pocos días escogió al magistrado Araúz para integrar el Tribunal Electoral. Este señor ya había hecho pública sus inclinaciones hacia la reelección.

Martinelli Berrocal es el presidente ideal del Imperio. La alianza de gobierno con el candidato de oposición se selló en la embajada de los Estados Unidos. El otro candidato, Juan Carlos Varela, quedó como vicepresidente de la República; pero la alianza se rompió hace un tiempo, sin pena ni gloria para la población. El presidente ejecuta, sin ningún escrúpulo, todo el menú privatizador que se le tiene asignado a Panamá. El alto vuelo de la corrupción gubernamental, denunciado a diario por la sociedad, no le hace mella a un gobierno que tiene a los Amos del Mundo acariciándole las espaldas.

Fuentes: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=158011

1 oct 2012

Día Nacional de Abjasia: "Día de la Victoria"


 Escrito por la Embajada de la República de Abjasia en Venezuela

El 30 de septiembre de 1993 la República de Abjasia obtuvo su independencia. Hoy, ya son varios los estados que reconocen la soberanía de Abjasia, incluyendo también a la República Bolivariana de Venezuela.

Después del colapso de la Unión Soviética, Georgia se separó de la URSS. El 14 de agosto 1992, el ejército de Georgia, apoyadas por tanques y aviones, invadió Abjasia. El Comandante del Consejo de Estado de Georgia dijo: "Toda la población de Abjasia será destruido."

El año siguiente, el pueblo de Abjasia, con el apoyo de los Pueblos de las Montañas del Cáucaso y de los cosacos de Rusia, enviaron los invasores georgianos de vuelta, más alla de la frontera histórica de Abjasia.

Pero en 2008, y justo en el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos, el presidente georgiano Mikhail Saakashvili daba la orden de abrir fuego contra la pacífica ciudad de Tshinval, la capital de Osetia del Sur. Existiera tambíen un plan similar contra Abjasia.

Todo esto constituyó una clara prueba de que la convivencia de abjasos, osetios y georgianos en un solo estado ya no era posible. Es por eso que Rusia el 26 de agosto de 2008, en una decisión justa, finalmente reconoció la independencia de Abjasia y Osetia del Sur como estados soberanos y nuevos miembros de la comunidad internacional.

No pasó mucho tiempo desde el reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur por parte de Venezuela. La República Bolivariana de Venezuela, en nombre del Presidente Hugo Chávez Frías, entiende la esencia histórica y la situación general en el Cáucaso. La firma de los documentos sobre la amistad y la cooperación entre ambos países demuestra claramente la unidad de puntos de vista de las partes en la solución de problemas internacionales y regionales.

En Abjasia la fecha de 30 de septiembre es conocido como el Día de la Victoria y también como Día de la Liberación. Desde 1993, esta fiesta se ha celebrado para conmemorar la salida de las fuerzas invasoras georgianas de Abjasia. Hay un desfile de las Fuerzas Armadas de Abjasia, así como festivales de música y baile a lo largo y ancho de la república.

Fuente: http://www.abjasia.org.ve/diavictoria.html